Éramos unos chiquillos
que jugaban sin cesar,
sin ni siquiera extrañar
los selectos bocadillos;
no nos cegaban los brillos
de un afán de conquistar
ese importante lugar;
sí, el mantenernos sencillos;
nuestros padres orgullosos
trabajaban con tesón
para podernos formar;
jamás fueron presuntuosos
gente de buen corazón:
una conducta ejemplar....