Sé que se Esconde la Verdad
Tras la Descascarada y Vieja Pared.
Sé que Muerde la Ignota Razón.
Sé de la Ausencia que Bebe
Del más Hondo Pantano Enlodado.
Sé de lo Antiguo que Enloquece las Solas Soledades.
Sé del Sentimiento Acobardado entre Rejas
Sé de la Sed.
Sé del Hambre.
Sé de Ausencias Estremecidas.
Sé de las Tinieblas Oscuras que Embeben Siniestras mi Ser.
Sé de los Brillos que Opacan la vera Verdad.
Sé Que finge la Torva Tormenta.
Sé Que siempre Disfrazada me Mata.
Sé de Fisuras.
Sé de Hielos que Sangran.
Sé de Témpanos Enlutados que Sobrevuelan
Aquella Extensión Infinita de las Albas.
Sé de los Soplos de Luces que Arden en mis Huesos.
Sé de la Muerte que en Silencio
Entona Dulce y Macabra mi última Olvidada, Canción de Cuna.
Sé que me Adormece Asesina.
Sé de las Grietas en los Muros.
Sé de Las Amapolas en Deshechos.
Sé de los Oscuros Sortilegios
Desollados e Hirvientes.
Sé de mis Versos Aciagos.
En la sola Noche del Final de los Mundos,
Sé de la Ajena Razón que Ignoro.
Sé que Escucho desde el Otro Lado del Espejo
el Preludio Inmortal de Arpegios Negros
que Inmolan y Taracean Ya!
Mi Último, Anhelado,
Postrer Epitafio,
que Acuna Indormido
a mi Vieja,
Mutilada, Muñeca sin Ojos.
(Patricia)