Voy a donde ti
para perderme en tu paraíso,
donde me desnudo sin temor ante ti.
Eres espiritual,
Eres confidente,
Eres sabia,
yo por lo tanto,
no tengo temor en acudir a ti
en mis días oscuros.
Tú no me destruyes;
me reconstruyes con tu magia,
sanando mis grietas
y aliviando los nudos en mi garganta
y mostrándome nuevos caminos
y calmando las aguas turbias de mi vida.