Al alba, cuando el sol se asoma,
y la brisa fresca acaricia mi piel,
el té caliente su aroma derrama,
mientras los pájaros cantan a granel.
La luz dorada besa las hojas,
y las plantas se estiran con vigor,
el rocío en las flores se aloja,
regalando a la mañana su esplendor.
El trinar melodioso se eleva,
como himno al día que comienza,
la naturaleza se renueva,
y el alma de paz se impregna.
Sorbo a sorbo, el té me despierta,
sus notas sutiles despiertan mis sentidos,
la mañana se muestra abierta,
con promesas y sueños compartidos.