Ruben Montiel Mendoza

Me marcaste

 

Me gustaba tu cuerpo,

más no tu presencia,

cosa extraña...


Me gustabas a veces, a ratos,

en espacios determinados y precisos

Y aunque no lo hubiera querido me dejaste estar a tu lado,

en tu presencia absurda para mis adentros


Me dejaste estar con todo y mis prejuicios 

Me dejaste ser feliz, a pesar de mis temores,

porque aunque nunca lo acepte,

lo absurdo de tu presencia fue algo único e irrepetible

 

Me marcaste con ello,

cómo se marca en la dehesa,

cómo se siente en la inmensa soledad de tu presencia...