Lluvia Roja.
Las gotas caen, se desangra el cielo,
un manto carmesí sobre la tierra muerta,
olvidados en la penumbra helada,
donde la noche es un grito ahogado,
y la luna, pálida, observa impasible
las sombras en el viento frío.
Entre ruinas y neblina, el hambre acecha,
la sed eterna que quema sin tregua,
un corazón latente, atrapado en su eco,
palpita al ritmo de un lamento antiguo,
y en cada latido, el abismo se ensancha,
tragando lo que queda de humanidad.
La lluvia roja, bendición y condena,
cae sobre labios que no conocen paz,
y en su sabor, se disuelve la memoria,
la vida que se escurre entre los dedos,
y en la soledad de esta sed infinita,
el vampiro y su ansia voraz.
Ghoel.