Hasta que dejes de ser,
la luz vendrá
siguiendo el reguero de letras y de gentes...
Tú deshaces los hilos del tiempo, más del mío que del tuyo,
los embrollas en madeja
y el amasijo de pena se instala en mi sofá,
pinta mis cuadros imaginarios,
compone mis canciones
y maliciosamente juega a envenenarme...
Mi Whitman interior te ama...
Mi Edgar Allan Poe te odia...
Ambos con tanta fuerza
que la Supernova provocada expansiona hasta el confín de la nada...
Y mientras, la tinta inagotable me escribe sin cesar, pero no yo, no yo...
Pues yo soy oquedad con un relleno,
soy la autopsia de mi ayer
y el cadáver de mi ahora.
RBP (22/8/24 - 6:26)