La palabra tiene un formato escueto.
Si nos empeñamos en estirarla
Serpentea con su negra pupila,
Forjando su certero parapeto.
Si presume de su trazado esbelto,
La disfrazan hasta la misma médula,
Pergeñando la insospechada fábula,
Con desprecio de su fiel contenido.
Con ínfulas de usar palabras largas,
Mezclamos intereses y sonidos,
Atribulados por las artimañas.
Con aires fatuos penamos angustias,
Porque en la maraña estamos incluidos;
Sin rebelarnos anta las patrañas.