El Arca de Noé
acotó el protocolo y la liturgia.
Vigilia en la lucha armada
de las especies.
Los campos de exterminio
no tienen redención.
Sigo el rastro
temiendo la predicción
de los bárbaros dominantes,
especie hábil y gregaria,
que sacuden la caspa del hombro
y descascarillan los frutos
mientras abanican
con el huracán del miedo
a los débiles.
Las lágrimas de los poetas
y de los pastores son inútiles
en una maraña de obstáculos.
Olor nauseabundo.
Suena fuerte el silencio
en las últimas horas
antes de los gritos desbocados
de las vísceras y la lengua
en cada matadero.
Sollozos de niños.
Galgos abandonados.
Picas y sangre en la arena.
Cazadores de pandereta
y fiestas sociales.
¿Dónde se perdió la bondad?.
El desaliento,
sin reposo emocional
hace evaporar las ideas,
sin escrúpulos.
La solidaridad entre especies
evitaría la extinción.
¿Quién soporta el peso del mundo?.