Soy este ser cruel que languidece.
Un territorio de errores y tropiezos.
Cruje la piel de mi alma ya reseca,
que a falta de humedad, llora arideces.
Vive un ángel retorcido en mis entrañas,
que a fuerza de sufrir no tiene lágrimas.
Y no, no puede volar por más que quiera.
Son sus alas, cemento y son tristeza.
Todo fue en vano y fue incierto el resto.
Una generación que soñó y perdió todo,
o casi todo.
Un metejón de sueños oxidados,
Una foto, en sepia, de quimeras.
Aquí, lo que quedó.
Este torrente de amargura
fluyendo por las venas.
Unas palabras exhaustas que se cuelan
en la historia no elegida de mi patria.
Una herida que duele y nunca cicatriza.
No, por favor!
Ya no me busques,
ya no me quieras,
que se me ha olvidado la caricia.