Sin ti, mi sol perece, el cielo en sombras yace,
La tenue luz celeste en la penumbra huye.
La luna se evapora y mi espíritu deshace,
Vivo en la locura que mi mente destruye.
Cada rincón sin vida tu falta lo desgracia,
Y en cada aliento el viento mi pesar propaga.
El eco de tu ausencia en mi pecho se sacia,
Mientras la sombra cruel mis esperanzas vaga.
¿Dónde hallar paz, si el cielo en su gris me rechaza,
Ni el mar en su vaivén mis lágrimas recoge?
El tiempo, verdugo, mi tormento abraza,
Y en este abismo oscuro, mi alma al fin se acoge.
Tu recuerdo es la brasa que en mi pecho amenaza,
En una lucha eterna, mi desalma se encoge.