Mi rostro de tez unionista
lleva huellas de solidaridad y lucha,
en cada arruga, una historia escrita,
es el eco de quienes no alzan su voz.
Con mi bandera flamean esperanzas,
ansias de una patria nueva y libre,
un futuro en donde la educación
derrote para siempre la pobreza.
Con el puño y la pluma en alto,
llevo a cuestas mis años acerados,
mi voz es un eco que retumba
que no se quiebra ante el tirano.
Mi sangre fluye ardiente y constante,
contra las injusticias que nos atan,
es río de coraje que no se detiene,
la UNE guía nuestra justa lucha.
Las aulas y las calles son mi trinchera,
donde defiendo la educación pública,
y los derechos del magisterio.
Grito:
“Soy Docente Soy de la UNE”