Tú, criatura hermosa de ojos tristes, tú que ante cualquiera te desvistes, no seas así, no pierdas las esperanzas. No todo se acaba.
Recuerda que eres única, no hace falta la tortura, sé que es difícil, todo es incierto, las caídas, las heridas; no hagas de tu vida un infierno.
Observa curiosa el cielo, a veces azul, a veces gris; no es el fin, siempre hay una salida, como lo hace el sol, luego de una tormenta, luego de cada lluvia.
Mírate, hermosa criatura, sé que todo para ti es locura, lujuria, pero nada perdura, ni el bien ni el mal, sal de donde estás.
Emerge del hueco en el que caíste, esto no es para ti; no utilices para esos fines lo que la naturaleza te dio, esa inmensa hermosura; ese tierno corazón.
Sigues siendo una niña, busca buena compañía y deja de lado esa rutina; si quieres te lo suplico, te lo ruego, supera ese duelo.
Ya no te hagas daño, porque van pasando los años y el tiempo no es aliado, construye un muro con tus pedazos y no sigas con tu propio engaño.
No busques felicidad bajo sabanas ni camas, ni en moteles o paradas; la felicidad está escondida dentro de ti. ¡Descúbrela!