Y bajaron disfrazados
como ángeles del cielo,
pero no eran nada de eso
fueron jueces del pecado,
y asesinos de los versos.
Aparentaron saber
de todos los sentimientos,
pero no eran nada de eso
fueron tristes pasajeros,
que perdieron ese tren.
Llegaron cual pistoleros
con su ley y con su fuerza,
sin saber que los poemas
para nada eran eso,
y perdieron las palabras.
Quisieron aparentar
rebuscando entre las letras,
pero perdieron su tiempo
porque no eran nada de eso,
ni era eso ser poeta.
Como las hojas marchitas
que su fin esta en el suelo,
como el agua que se filtra
y se pierde sin saberlo,
así, es como vinieron.
Con su apariencia de ángel
juzgaron a los poetas,
con su ley y con su fuerza
se perdieron entre letras
por poetas, que si saben.
Así llegaron al sitio
donde escriben los poetas,
y así perdieron el juicio
porque no eran nada de eso,
solo letras incompletas.
Como el sol que esta en un cuadro
ni deslumbra ni calienta,
como el agua de ese vaso
ni se oye, ni refresca
como en el cielo pintado,
no tiritan las estrellas
como los poetas falsos,
porque no eran nada de eso
pero juzgan, al que sienta
de otra manera, los versos.