Tropezamos de ilusión
y caemos, de rodillas
sin saber que en la salida,
va incluido el tropezón.
Que caer, caemos todos
a lo largo de esta vida,
y que todos somos rimas
de una enorme confusión.
Porque no existe caída
ni tropezón es bastante
que nos enseñe a ceder.
Porque somos de la vida
la ilusión de levantarse
y de ponernos de pie.