\"En cantinas oscuras, hasta el alba, tocaba.
Un pasado de heridas, un elixir putrefacto,
un sabor amargo que lo dejaba con sed.
Su fiel tambor, un eco de sueños rotos.
En su fiel tambor, una melodía dulce,
ahogado en penas, en sueños que no fueron.
Aferrado a la esperanza, un destino cruel,
lo golpeaba hasta dejarlo en la penumbra.
“Talentoso”, decían, pero el olvido lo cubrió.
El pueblo que lo aplaudió, ahora lo ignora,
en un delirio de sombras, lo juzgan sin piedad.
Su música, un susurro en el viento…
Un día se fue, sin dejar rastro,
un bohemio errante, perdido en el viento.
Muchos recuerdan, con un nudo en la garganta,
que nunca lo ayudaron, lo dejaron solo…
Confió en la amistad, en un amor traicionero,
y el dolor lo consumió, hasta la última gota.
Un final triste, un tambor en silencio,
un alma que se extinguió, sin encontrar consuelo.\"