En una ocasión. La basura y el excremento, salieron del cesto, reclamaban a viva voz, diciendo:
-¡No somos malos para ustedes!-
-¡Sólo nos discriminan, como a quienes acriminan!-
y así, por unos días, salían y convencían a varios que curiosos, las miraban.
La basura y el excremento, apelaban, mientras más hablaban, mas se apoyaban
¡Es que no podían estar más de acuerdo!
Prosiguió el polémico desacato, hasta que la autoridad, les concedió el consenso...
¡se salvaron del vertedero!
La basura, se gozaba e instaba al excremento a esparcir su hedor a relucir.
En tela de juicio, cayó todo aquél que se enfermaba o quejaba de la situación...
¡A prisión ellos y que siga la entretención!
La basura sentía que adornaba las calles y el excremento creía que, perfumaba todo
¡Tontas leyes que sólo recluían su derecho a estar!
LchLutcio.