EL RUMBO DE LA VIDA
Hermosa mía,
como amo tenerte siempre cerca,
y escuchar de tus delgados labios
pronunciar mi nombre con orgullo.
Como amo mirarte a los ojos,
y descubrir que en ellos está
retratada tu alma bondadosa.
Como amo acariciar tus mejillas
sonrosadas y sentir que tienen
la suavidad de los duraznos
y la tersa lozanía de la juventud.
Hermosa mía,
soy el que se deleita al verte caminar,
el que sonríe cuando te ve a lo lejos
caminando a mi encuentro,
Y el que te observa embelesado.
Eres mi salvación y yo tu néctar,
eres la mariposa y yo tu tronco
para que te poses en mi como otras veces.
Hermosa mía,
Soy el que se deprime cuando
te marchas de nuevo, cuando
los días terminan, cuando la soledad vuelve a mí.
Que triste saber que tienes que marcharte,
y que dicha escuchar que pronto volverás
Hermosa mía,
quiero ponerle fin a estos encuentros furtivos,
pero tengo miedo de perder las ansias locas,
estas ansias llenas de lujuria y lascivia,
de este amor que nos quema, de esa llama que arde.
Hermosa mía,
mi vida te reclama, mi vida piensa en ti,
dejemos que la vida nos muestre su camino,
que al final de cuentas tú y yo forjaremos el destino.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 14-451-101.*
Dirección nacional de derechos de autor.