Mi corazón intento...que sea como un océano,
la superficie puede estar lleno de temporal, calumnia y conflicto,
pero me esfuerzo, para que los peces por debajo no sientan ese infierno,
que la superficie, no afecte al fondo de mi corazón.
El fondo del Océano procuro que esté siempre en equilibrio,
ni siquiera oiga lo de arriba, a los barcos defensivos,
que luchan constantemente contra todo tipo de desequilibrios,
se que esto es un pensamiento de origen innato y religioso.
No obstante, pienso, que cualquier religión puede ayudar en este sino,
se trata que no te afecte en demasia el desequilibrio humano,
aún siendo imperfecto, reconocer lo íntegro en el fondo del Océano,
a veces es cierto recurro a portaviones para defenderme de la calumnia y el descrédito.
Siento que mi corazón sería como un océano,
la mayor parte tranquilo y en equilibrio,
que nadie perciba ni pague descontrol y desánimo,
hay que tener honradamente el corazón en uno mismo.