Muy de mañana,
sentado en mi jardín...
a la distancia nacen los trinos
de avecillas felices.
Entonando sus trinos sin prisa,
me regalan sus melodías.
Un rico café me acompaña,
¡Lo disfruto tánto, sorbo a sorbo!
Y llega a ser un compañero de mi mano.
A la distancia las palomas se aglomeran
buscando alimentarse.
Los colibríes, hacen piruetas juguetonas
¡Que energía, que velocidad!
El tiempo me abraza, sin lastimarme,
Pero me deja una huella en mi rostro.
como diciendo \"es la señal de que nunca te olvido\".
Seguiré aquí, en la paz de mi corazón,
En la tranquilidad de mi ser,
Para seguir disfrutando de esta hermoso amanecer.
Autor: Bernardo Arzate Benítez