Edwin Antonio Gaona Salinas

GENOCIDAS LLAMAS

GENOCIDAS LLAMAS

(Gaonesa Realenga o Aradeña con estrambote)

 

Aquí, luto en la ladera, su corazón de agonía

le culpa a la mano humana, sentencias de un mal hermano,

destinos carbonizados, incendiada la morada,

brutales befas de flama, maltratando todo el llano.

La pequeña madriguera con fúnebre distopía

recorre en sus alaridos con pesadillas oscuras,

la noche de los pequeños abierta como al profano,

los vivos enfurecidos ante las viles torturas.

Las mismas noches infiernas de la vil carnicería

llevan ignorancia necia con la flama desbandada,

la fauna de la esperanza solloza por sus criaturas,

amargos los lagrimones se deshacen por la nada.

 

Trémula crin del averno, temida por el estruendo,

deja dolores de palmas y tala con sus mordidas,

ella con nervios de acero, retumba con el acecho,

con las pródigas asfixias en infernales heridas.

Árboles apenas niños, suspiros que van muriendo,

el hombre de la campiña seco con su negra suerte,

más de la nocturna vida que de montañas floridas,

más mortandad que desalma sobre inconsolable muerte.

La vertiente legendaria dominada y padeciendo,

las criaturas del ocaso, desvestidas del derecho,

todos miran despedida con el humo que se vierte,

donde solos inocentes, son tiniebla tras su lecho.

 

Tierra de todos los hijos, lastimados los verdores,

los colores de ternura, los frutos y los larvarios…

Tierra bañada en carbones del humanal traicionero…

¡Mordido quedo en el pecho! ¡me muerden los incendiarios!

Apenas pasan los años, curando viejos horrores…

Aún quedan cicatrices y vuelven con los carbones,

con braceros pegajosos cual asedio de bestiarios,

saben que el árbol no corre…, saben que le quitan dones.

Casto tu río lamenta, de los candentes rencores,

las lágrimas no soportan el desastre en el otero…,

se arruga como la tarde la fibra de los bordones

requiriendo del cielo aguas, con la letra del bombero.

 

Suelo sin heredero,

gente sin la vestimenta, la llama quemó la casa,

lo perdido en la ceniza con lágrima nos rebasa…

 

Autor: Edwin Antonio Gaona Salinas

San Antonio de las Aradas. Quilanga – Loja, Ecuador.