Hernán Mejía Silva

EL REO

Esta mañana recordé que,

cuando fui reo,

fui cárcel también,

encerrado en mi obsesión…

 

Paredes imposiblemente blancas,

definían mi derruida prisión,

mas no alcanzaban,

a recluir mi dolor…

 

Una vez muerto el deseo,

todo lo que queda son ruinas,

despojos de una vida previa,

con heridas de vapor…

 

Las cicatrices no esfuman con el tiempo,

pero las heridas se curan con la libertad,

en especial si ser libre,

significa volver a respirar… en paz.

 

Hoy paso por el encierro, de nuevo,

encadenado me veo;

a la manía del no soltar…

 

Cuando me hago pequeño,

pienso que soy un sueño,

sueño de libertad.

 

Después, condena me obliga a pensar,

que el sueño podría ser real,

y me obliga a recordar,

que por ello; me soy leal,

pues de mi vida soy villano y redentor,

en mi vida soy…

quien toma de la decisión final.