Mauro Enrique Lopez Z.

Hoy sin nostalgia

Cómo llegaba la nostalgia a mi 

ventana, con tanto enojo la cerré.

Me tomé un descanso; 

que bueno fue el Señor porque llegó 

la aurora, me desperté alegre, un 

buen bocado me desayuné.

Salía a mi trabajo y, una visita inesperada 

llegó a mi casita.

Una hermosa dama me comentó que si iba 

rumbo a la playa, le sonreí claro 

que sí, ella quería caminar porque 

quería ver salir el sol.

Que bonito fue y, es porque hasta 

en el ocaso lo ve partir, hasta mi 

tristeza desapareció; creo que ella 

fue la causante de lo felíz que soy. 

Porque de vez en cuando nos damos 

amor sin entrar enojo los dos.