El reloj de acero
Indicó las 3
El reloj de sal
No supo callar
Y lamiéndose los bigotes
Dijo \"está es mi hora\"
Y atacó al pobre canario amarillo.
Las rejas fueron derribadas
Y un hato de cerdos cayó por la colina
¿Que hacemos aquí?
Pregunto un lápiz a su poeta
No lo sé, tú dímelo
Respondió con una risa algo maligna.
Siempre estuvo en el interior y era evidente para los niños sin ojos
Que rezaban en latín o en griego
La misma plegaria que ahora escribo
Que ahora rezo
Que ahora leo
Y beso.