~ * ~Sinopsis:
~ * ~Leo naufragó en el mar y fue el pez del mar con que sobrevivió, con la fuerza y con el ímpetu del mar…
Sucesos:
Leo, un hombre rudo, raudo en cuestión de fuerzas, tenaz y caprichoso con las mujeres, irrumpe su propio destino por encomiendas de un amigo en subir al navío para llegar hasta el Mediterráneo. Leo por obtener un empleo va en busca de un trabajo en el navío que lo lleva hacia el Mediterráneo para poder laborar, obtener dinero y mantener a su familia. Leo consigue ese trabajo más allá del Mediterráneo y el amigo le hace navegar en ese navío sabiendo que tenía desperfectos mecánicos. Leo consigue subir al navío y ya en altamar, sólo, piensa en el rumbo que toma hacia altamar y que es el Mediterráneo, un bello océano que lo llevará a Tierra fértil sin sospechar que el navío tiene desperfectos mecánicos y, así embarca y navega en altamar. En el navío todo va bien y Leo comienza a preocuparse ¿por qué el navío no zarpa en medio de la mar? y queda el navío varado allí mismo y él sin darse cuenta. El navío tenía problemas con las hélices de la embarcación cuando zarpa a altamar y así navega con rumbo hacia el Mediterráneo. Leo comienza a preocuparse porque desde el camarote no ve más que mar si ya a la Tierra la habían dejado atrás, sólo, se veía el horizonte lejos de acercarse a Tierra. Leo convida y converge en un trance casi perfecto entre la somnolencia y el sueño, decide por una siesta en el navío sin sospechar que estaba varado desde hace tiempo en el mismo lugar. La vida comienza a despilfarrar magnificencia en un sueño letal y tan letargo como el tiempo. El sueño de Leo lo lleva por el sendero y por el camino incorrecto de un insurrecto momento cuando está varado en medio de la mar y el navío en dirección hacia el Mediterráneo. La vida comienza en discernir, en pensar, en dilucidar y en soñar una realidad por fantasía en una pesadilla hacia el cruel espanto. La vida de Leo corre peligro cuando el barco o el navío comienza a dar señales de desperfectos mecánicos en medio del mar. La vida comienza a derruir una verdad trascendental como poder ser un navegante en altamar sin ser náufrago perdido y sin puerto seguro. La vida para Leo encierra el deseo en converger una sola solución cuando ocurre y transcurre al mismo tiempo y sabe que pertenece a altamar cuando Leo queda petrificado en medio de todo el mar sin tener cómo poder sobrevivir. Leo y su vida corren peligro cuando en el momento siente que está en medio de la mar y no puede llegar a puerto seguro cuando pertenece a la altamar. Leo en sueño letal sueña y la idea vaga en el tiempo, en la pesadilla que vive y que muere en el instante y el navío, aún, sin poder continuar su marcha hacia altamar. Leo comienza a tiritar de frío y es la pesadilla que, aún, no puede despertar y se dedica Leo en pensar a llegar a puerto seguro sin ni tan siquiera sospechar que está varado en altamar. Leo comienza a dar señales de gélido viento dentro de su camarote donde duerme una siesta y es la pesadilla más grande de su vida. La vida comienza a atraer de la vida un comienzo cuando zarpó el barco hacia altamar, pero, tuvo desperfectos mecánicos, los cuales, dejan al navío varado y sin zarpar en medio de la mar y sin llegar al Mediterráneo. La vida comienza en cero cuando Leo nota que su rumbo queda petrificado hacia un destino distinto y es quedar varado en medio de la altamar sin llegar al Mediterráneo como él esperó. Leo comienza a sentir calor extremo después del frío en esa pesadilla, es un calor como el del sol, es un silencio aterrador y un horror en el alma cuando ocurre y transcurre el deseo de vivir y llegar a puerto seguro, pero la pesadilla tiene más poder que el deseo por llegar a puerto seguro. La pesadilla de Leo se convierte en un deleite pasional cuando Leo en sobresalto despierta del sueño en letargo como lo fue irrumpir en el sueño una princesa y que lo despierta con un solo beso, pero, no, no es así, cuando la pesadilla lo ahoga, lo succiona y lo mata en imaginar que no podrá llegar a puerto seguro. Leo despierta de la pesadilla y sabe una cosa que está varado en medio de la altamar sin llegar a puerto seguro y como un náufrago perdido sino sabe y no entiende navegar.
El navío comienza a zarpar y Leo nota que el navío toma fuerzas para seguir navegando en altamar con todo y con desperfecto mecánico. El navío va rumbo al Mediterráneo y consigue la paz necesaria para poder continuar la dirección hacia el Mediterráneo. Leo consigue leer un libro mientras navega por altamar esperando llegar a Tierra firme en el Mediterráneo. Más allá de la razón, se pierde Leo leyendo un libro de aventuras, honor y guerra cuando el protagonista era un guerrero de época clásica. El navío recorre la altamar con un ímpetu y una trascendencia autónoma por creer que el navío navega, avanza y recorre el mar hasta llegar al Mediterráneo. Leo queda varado en el tiempo y más en la cosecha de un trabajo honrado que desea obtener en el Mediterráneo. Leo comienza a dilucidar que el navío responde y zarpa correctamente. Cuando, en el trance perfecto del navío, Leo lee con sed un libro de aventuras: honra y guerra por un guerrero clásico. Y las aventuras en éste guerrero clásico deja notar que las aventuras como superhéroe en el libro que lee Leo se debate una exasperación por ganar las guerras. Las aventuras en este libro se debate en una cálida sorpresa cuando expresa y explica las aventuras del superhéroe son como nos explica el libro:
-¨… soy el superhéroe que con honra y virtud pelea a muerte la vida y soy el más fuerte de todos los superhéroes…¨-.
Las aventuras más graciosas son las aventuras del superhéroe que combate entre el bien y el mal, sólo, dejando honrado a un pueblo sin maldad alguna. Leo, con las aventuras que lee, comienza a creer que el libro es filosófico y con grandes aventuras de enfrascar la vida y enfrentar la suerte para bien o mal. La vida de Leo por leer el libro se ríe sólo de la vida, del tiempo y de las aventuras del libro para confeccionar un destino, un camino aferrándose a la vida. Leo en el navío en rumbo hacia el Mediterráneo lee un libro de aventuras, de honor y guerra cuando el superhéroe expresa así en el libro:
-¨…mi honor es ganar la guerra, salvar a la gente y amar a las personas y la guerra es morir en campo de batalla con rifle en mano defendiendo a su ideal, a su estrategia y su técnica, tácticas, por las cuales, hay que ganar…¨-.
Leo lee con sed y hambre la suerte de caer sobre aquel camarote con libro en mano para leer las aventuras del guerrero con honor y guerra. La vida para Leo se aferra al desastre en creer que la vida queda sin destino, sin camino, sin rumbo ni dirección cuando en el alma de creer que la vida acecha con devorar la ansiedad y la virtud de un hombre cuando decidió ir al Mediterráneo en busca de labor y de un trabajo para mantener a su familia. La vida de Leo comenzó a fraguar el frío destino cuando transcurre lo que acontece en un vaivén de dolores cuando el navío presentó desperfectos mecánicos, pero, así fue de rumbo hacia el Mediterráneo. La vida de Leo quedó malherida cuando ocurre lo que transcurre un dolor, una pena y una desilusión cuando el barco tiene desperfectos mecánicos y posee un ruido ensordecedor. La vida de Leo se abastece de aventuras cuando el libro que lee, mientras, que navega el navío hacia el Mediterráneo y aprende sobre las aventuras de ése guerrero que hace guerra por valer honra y virtud, pero, en la guerra muere el perpetrador. La vida de Leo comienza en discernir y a diferir que la astucia de un guerrero se atormenta como la era o como la época en que se vive cuando en la guerra sospecha que en la alborada comienza a saber que la vida comienza, otra vez, realmente. El guerrero en el libro le expresa que…
-¨…la vida y el honor de la guerra se debate una vida o una muerte y doy la vida por la gente, por el honor y por la vida de mi gente a guerrearrrrr…¨-.
Y Leo aprendió muchas cosas de la guerra y en cómo sobrevivir en la guerra.
Leo sabe una cosa y es que la vida acecha con condonar la vida, pero, la amnistía queda en el cielo como un ave que vuela lejos y con alas mojadas quedar en el suelo. Y eso era el navío claramente que con desperfectos mecánicos cuando ocurre el trance directo en quedar varado en el mismo medio de la mar y más hacia el Mediterráneo. Leo queda como el frío desenlace fatal en dar una caricia o una pena insolvente en creer que la vida transcurre como el tiempo perdido en navegar por el navío hacia el Mediterráneo. El navío que se dirigía hacia el Mediterráneo no logró zarpar jamás ni llegar a puerto seguro hacia el Mediterráneo. Leo comienza a mirar y a observar lo que encrudece cuando el navío comienza a fallar con defectos mecánicos y Leo comienza a pensar lo peor cuando el navío queda casi varado en el mismo medio del mar. Leo comienza a dar señales del miedo y el temor que se apodera de su cuerpo por estar en medio de la mar cuando ocurre lo peor: queda el navío en medio de la mar. La vida de Leo comenzó a discernir y a diferir con la verdad que el navío queda varado allí mismo en medio del mar. La vida de Leo corre peligro cuando el navío casi queda varado antes de llegar al Mediterráneo y Leo piensa que quedará en el mismo medio de la mar con el desperfecto mecánico que posee. Leo comienza a percibir que el navío comienza a fallar y a quedar varado en el medio del mar y que el instinto aflora en saber que el barco quedará allí por siempre. Leo se aferra al navío y piensa que jamás quedará allí varado y sin nada. El navío en dirección hacia el Mediterráneo quedó varado allí mismo y Leo con miedo y temor quedó con el recelo de la vida, con el horror y el terror de creer en el alma una sola verdad. Leo quedó como el instante en que se cuece el alma de una sola certeza cuando el navío quedó varado por desperfectos mecánicos en medio de la mar. Cuando en el alma de Leo quedó una sola mirada en el alma y con una sola verdad. Cuando en el alma de Leo quedó como el destino frío o como el temor en el corazón cuando el navío quedó sin navegar. Y Leo, dentro del navío, yace con el miedo o el temor por ser como el náufrago perdido entre mares, tiburones y ballenas. Si Leo quedó como un naufragante en el mar perdido y fue como el alma sin luz ni vida. Leo presintió con sed y con sol que el navío quedaría en medio del mar perdido, abandonado, insípido y adolorido por el transcurso y el desastre en naufragar. Leo sabe que el navío con desperfectos mecánicos atraviesa por un rumbo desconocido y es navegar por todo el mar perdido. Y Leo sabe que quedará varado en medio del mar. Leo conoce al mar como a la palma de sus manos, pero, no conoce el rumbo a seguir en una yola naufragando en el tiempo. Leo y su alma se aferran a lo que se aterra y en lo que el tiempo transcurre como discurre en el ocaso y en medio de todo el mar desértico. Y Leo cree que esos desperfectos mecánicos que le ocurre al navío donde viaja Leo hacia el Mediterráneo son imperfectos que jamás se detendrá en en medio del mar ese navío donde viajaba Leo en busca de una labor en el Mediterráneo. Y como el deseo o como el navío más peligroso del momento cuando Leo piensa e imagina de que el navío quedará varado allí mismo en medio del mar hacia el Mediterraneo. Cuando en un instante se forjó una sola mala idea entre Leo y entre el navío como una sola conveniente idea en que el navío quedará en medio del mar por desperfectos mecánicos. Y Leo busca y busca en ese navío donde guarecer su vida si ocurre algo o lo que imagina solventa a la realidad. Porque cuando ocurre lo que transcurre una verdad insolvente de que la realidad vendría a volar sobre el mismo navío y flotando Leo sobre ese mar desierto queda varado allí mismo en una yola.
Leo naufraga en ese mar desierto y salva a su vida en una yola que infló con su respiración cuando el navío que lo lleva hacia el Mediterráneo naufraga en medio del mar. Leo quedó como todo náufrago en medio del mar llegando casi al Mediterráneo. Cuando en el alma de Leo quedó como el dolor o como la misma forma en creer que quedó en medio de todo ese mar desierto atrayendo a la vida y a la vida misma. Leo comenzó a hacer señales con la luz de bengala, pero, Leo se halla lejos de allí, y en medio del mar desierto quedó para siempre atrayendo con la luz de bengala a los animales en el mar. Leo quedó mortal y tan letal desnudando el alma con el miedo de ser devorado como a los demás tripulantes del navío. Y quedó Leo con el mar desierto y con la ilusión rota en una sola yola. Cuando Leo quedó como el desastre de un viernes cuando naufraga en el tiempo y más en el ocaso de ver y observar al cielo como un ígneo color o de un flavo color sin apenas saber que ya llega la noche a descender en el mismo cielo. Cuando en el alma de Leo casi llegando al Mediterráneo sólo se ve naufragando en el mismo mar desierto y en que casi logra enredar la vida y la muerte en una sola yola, la cual, lo lleva hacia Tierra firme y hacia el Mediterráneo. Leo queda en el mar desierto cuando el navío quedó naufragando en el mar derribado el cielo y al mar en cada recelo de la vida. Leo casi en medio del Mediterráneo quedó varado allí mismo naufragando al mismo tiempo. Leo, sólo. en el mismo mal tiempo quedó como el cielo o como el mismo celo de la noche misma y naufragando en medio del mar abierto. Leo naufragó cuando en el mar Mediterráneo quedó como el deseo o como la misma suerte en cada gota del mar abierto. Si Leo quedó como el trance perfecto en caer en cada perdición naufragando, muriendo y siendo un moribundo casi perece en medio del mar. La vida para Leo se convirtió en un delirio delirante cuando ocurre, transcurre el tiempo y Leo naufragando en una yola en medio del mar. Leo queda adherido a una yola por querer salvar su vida de un naufragio tan cruel como perder la vida, pero, la vida queda más adherida a su vida. Leo percibe que la vida comienza en un trance imperfecto cuando Leo zarpa en ese navío con desperfectos mecánicos y quedando varado en medio del mar por buscar empleo en el Mediterráneo. Cuando Leo quedó como el naufragante en medio del mar y casi llegando al Mediterráneo, sólo, todo fue una vil y cruel mentira. Leo sólo se elevó hacia el mismo infierno que hoy vive la esencia y la forma en atraer el alma en un sólo destino como que fue el tiempo aliado en ver el instante floreciendo de un sólo tiempo. Leo quedó como el instante en caer sobre el silencio o en el embate de creer en un final sin precedente fue cuando su alma quedó abatida y muerta de un espanto, pero, se duerme en la yola y cuando amanece con el sol de frente a él. Leo quedó como el tiempo naufragando en el mar casi en el Mediterráneo y casi llegando a Tierra firme en una yola e inflada por él mismo. Leo quiso ser como el mar, pero, no, irrumpió en un sólo destino cuando en el mismo instante quedó varado en el mismo medio del mar cuando por quedar varado sucumbió en un miedo y en un horror sin más que el destino abierto en sol. Leo quedó como el destino o como la alborada llena de soles abiertos y ya sin luces de bengala quedó solo y tan letal y tan mortal como en ese mar naufragando en el tiempo y más en el venidero instante. Leo en el inmortal momento quedó como la misma yola naufragando en el mismo mar donde casi llega a Tierra firme en el instante en que naufraga porque el navío corrió con desperfectos mecánicos, por lo cual, deja al navío en el mismo medio del navío. Leo quedó como el mar abierto y sin más nada que el horizonte de frente.
Leo quedó varado allí mismo en el mismo mar abierto cuando logró desechar todo lo que tenía en la yola hasta a las luces de bengala que atraía a los tiburones y ballenas hasta que queda solo. Leo quedó al otro día tan solo en el medio del mar que escuchó al silencio y a la paz insaciable en medio del mar. Leo como el venidero instante quedó abatido, adolorido y muy insistente en el combate de dar una sola solución en creer en el instinto de una luz sobre el desierto efímero en hacer creer en la vida o en la muerte segura de un sólo espanto. Leo quedó en el medio del mar abierto, y casi llegando al Mediterráneo, Leo, tuvo la más terrible sensación de creer en el instinto suave y delicado en naufragar en el tiempo y más en ese mar abierto naufragando en el tiempo y en una sola yola en medio del mar. Leo quedó como el único desastre en creer en el alma como un juego en la fría voluntad en ser como la frialdad cuando Leo quedó varado allí mismo en el medio del Mediterráneo. Leo salió del trance directo cuando sostuvo una atracción efímera y tan fría como el deleite frío de envenenar a la razón de una ira insospechada de inconsciente y en dar una sola insoluble mala insistencia. Leo quedó sin salir airoso de esa yola sino que el cielo era su techo y su derecha todo un mar abierto. Leo quedó allí mismo donde el tiempo naufragó y donde el tiempo cayó como el sol en el ocaso o como la virtud en el mismo instante en que el tiempo caducó o expiró como el tormento frío en quedar bajo ese sol candente en una yola en medio del mar casi en el Mediterráneo. Leo en el tiempo y más en el ocaso vivo quedó en medio del mar pidiendo auxilio y ayuda, un auxilio y una ayuda que nunca más volvió a tener. Leo quedó varado después de naufragar en el mismo mar desierto cuando en el alma y en su corazón se interrumpió en un sólo mal sueño o en una cruel pesadilla. Leo quedó como el trance directo o tan imperfecto que fue el momento cuando quedó en medio de casi el Mediterráneo sucumbiendo en un sólo mal trance o tan directo como el mar desértico. Leo frente a ese sol en una yola, piensa e imagina que llega a Tierra firme y que es muy fantástica la idea sin pensar ni soñar que fue toda una pesadilla. Leo consigue imaginar lo peor que se encuentra varado en el mismo medio del mar. La vida para Leo comenzó en una búsqueda de trabajo por allá en el Mediterráneo y el navío naufragó en el mismo medio del mar y ahora se halla Leo en el medio del mar. La vida para Leo comenzó directamente en un trance perfecto cuando solo quedó varado allí mismo en el mismo medio del mar. Leo quedó sin destino ni ilusiones vivas en medio del mar desierto cuando ocurre el trance directo o con el ocaso de otro día en medio del mar en casi el Mediterráneo. Leo con mucho ahínco y con mucho dolor naufragando en medio del mar quedó varado allí mismo contra el deseo y contra todo. Cuando el alma de Leo quedó varado en el Mediterráneo y zozobró en el mar desierto cuando en el mar quedó un náufrago llamado Leo. Leo quedó como un náufrago tendido sobre todo ese mar desierto cuando en la alborada quedó como todo un náufrago perdido y adherido al mar. Leo irrumpió al destino frío y al camino frío sólo con un horizonte de frente hacia el mismo destino. Cuando en el camino frío es como el delirio frío o como el desafío de ser sólo un náufrago en el mismo mar desértico. Leo y su alma concurren en el más terrible desenlace por quedar solo en el mar abierto de todo un mar. Leo transmuta, transfiere y en un trasfondo de un horizonte de todo un mar. Leo se siente como un náufrago perdido cuando el temor y la insistencia en naufragar se percibe como el temor incierto de morir bajo ese mar desértico. La vida de Leo se percibe como el miedo y el temor en ser un náufrago perdido y sin poder llegar a Tierra firme.
Leo se llenó de honor, virtud y valentía, de un superhéroe que quiso defender el honor de su gente al leer aquellas aventuras de un libro. Leo recuerda que el superhéroe expresó que…
-¨… soy el superhéroe que con honra y virtud pelea a muerte la vida y soy el más fuerte de todos los superhéroes…¨-.
Leo recordó poder ser como un superhéroe perdiendo el temor, el miedo y la cobardía en un solo momento en que se gana la vida y se pierde la muerte. La vida de Leo encierra el temor a ser como un dolor o como una fuga, pero, naufragando en el mar abierto demostrando que puede llegar a Tierra firme. La vida de Leo comenzó a derruir, a demostrar y a tolerar que el mar lo ahoga, pero, es sólo imaginación con tanta agua de mar y no puede ahogarse antes de que suceda lo peor. La vida de Leo y la suerte llegan al mismo tiempo para impedir que Leo se ahogue en el medio del mar sucumbiendo en un trance imaginativo queriendo morir antes que ocurra lo peor. Leo comienza a imaginar cómo morir en medio del mar desierto para poder sobrevivir en medio del mar sin poder morir en el acto. La vida de Leo corre peligro y su seguridad, también, cuando llega un pez enorme que se llama el pez del mar para poder salvar a Leo de morir ahogado en medio del mar desértico. El pez enorme se hace amigo de Leo, le tiene miedo y profesa un temor gigante como poder ser el pez del mar sin poder abastecer el alma y el coraje de amar a su propia vida. Leo comienza a realizar amistad con el pez del mar y con el pez enorme que le persigue, pero, sólo, el pez del mar quiere llevar a Leo a la orilla y… ¿el pez del mar lo logra? Leo tiene temor e insistente pavor por morir bajo ese mar desierto de agua salada de mar. Leo en el mar desierto sin encarecer de tiempo ni soledades inocuas cuando en el trance de lo imperfecto se obtiene a todo un mar abierto y en un sólo espanto. Y Leo en medio del Mediterráneo quedó insolvente de un temor incierto cuando el alma de una salida hacia el horizonte, y, Leo con miedo y con pavor hacia el pez del mar se esconde en la yola donde quedó varado por el naufragio del navío que lo llevaba hacia el Mediterréneo. Leo y su vida comienza a temer por su vida con el pez enorme o con el pez del mar. Leo se aferra a su vida, pero, tiene pavor y miedo cuando el pez es más grande que la yola. Leo comienza a irrumpir su insistente corazón con el miedo y el pavor de sentir la fuerza con ímpetu en querer tocar Tierra firme. La vida de Leo se aterra por sentir la fuerza de ese pez del mar debajo de su yola y el horror se apodera de los nervios de Leo. La yola de Leo queda a la deriva, él no ve ni mira hacia a donde se dirige porque se esconde entre sus propias cosas dentro de la yola. La vida marca y trasciende en una sola osadía y delirio desafiante en creer que la vida comienza a naufragar y a perder insistencia y vida cuando la vida naufraga en el tiempo y más en medio de todo el mar desértico. Leo comienza a desfallecer, comienza a morir porque naufraga en el tiempo, en medio del mar y en una yola, por la cual, tiene su cuerpo, pero, no su vida y su vida está temerosa a perder con ese pez del mar. El pez del mar cruza de punta a punta y de esquina a esquina al océano para poder salvar la vida Leo que está varado, naufragando a la deriva de todo un mar desierto llegando casi al Mediterráneo. La vida para Leo teme fuertemente a morir cuando comienza el pez del mar a mover la yola sin desenfreno alguno en poder llegar a Tierra firme. Leo comienza a descifrar en desafío total una sola verdad y es que el pez del mar lo lleva perdidamente hacia el horizonte y Leo sin mirar ni observar a dónde lo lleva, sólo, siente en su corazón un desafío fuerte y friolento en poder llegar a Tierra firme, pero, es infructuoso lo que desea Leo.
Leo se aterra y se aferra como al comienzo cuando toma al navío en busca de empleo hacia el Mediterráneo y todo lo recuerda muy bien. Mientras que Leo comienza a entablar una comunicación con el pez del mar. El pez del mar realiza su fuga llevando hacia la orilla a la yola y poder tocar Tierra firme en las orillas del Mediterráneo. Leo teme por su vida y por extrañar su vida pasada cuando al tomar el navío todo quedó atrás. La vida de Leo comienza a desfallecer, teme por su vida y se horroriza de un espanto tan seguro como lo es casi perder la vida. Leo presiente que la muerte llega a destruir su propia vida después que la salvó en una yola. El pez del mar trata de salvar a Leo y Leo le habla, le dice que no se lo coma, que no se lo trague y que lo deje vivir. El pez del mar, sólo, quiere llevar a Leo a la orilla, pero, Leo le teme, tiene miedo de morir entre las garras de los dientes y en la fuerza del pez del mar. Leo cree que la vida comienza a desfallecer desde que el pez del mar lo atrapa, lo mueve y lo traslada hacia la orilla del mar hacia el Mediterráneo. Leo zarpó en aquel navío para buscar empleo y hallar lo que nunca un trabajo honesto, honrado, pero, sólo, halló naufragar en el tiempo, en el mar, ver el cielo y al horizonte y al sol como punto de partida, pero, solo quedó en medio del mar. La vida para Leo se despilfarró por un naufragio, el cual, descendió hacia la perdición de todo un mar perdido, abierto e incierto cuando Leo naufragó dejando vida, corazón y alma dentro de una yola, por la cual, el pez del mar lo va arrastrando hacia la orilla del mar. La vida sólo comete una imprudencia para Leo y es que el enjambre de peces llegan a él y él en la yola. Leo más teme en el naufragio que quedar varado allí mismo y caer de la yola. El pez del mar lo mueve, lo lleva y no lo traga, sólo es su mejor amigo y sólo quiere ser como el transeúnte pernoctando de mar en mar y llevar sobre el cielo a una yola que desnuda a todo un mar desértico. Leo comienza en la faena de ir y venir sobre el mar llevado por el pez del mar hacia la orilla del mar Mediterráneo. Leo en el mar desierto quedó como la vida y como la muerte y ese pez del mar llevando como un amigo fiel a Leo hacia las orillas del mar Mediterráneo. Leo en el embarque de su cometido se fue de la vida con el miedo y el temor de ser arrastrado por el pez del mar hacia la orilla en el mar Mediterráneo. Leo quiere tomar agua del mar para ahogarse, pero, el pez del mar lo arrastra a millas, hasta que una vez en el mar desierto queda como ese mar salado y con olas adyacentes de ir y venir solo en el mar desierto cuando solo una sola salida y es ver a ese mar hasta el horizonte. Leo en el enjambre de dar una sola solución en ver al cielo y al horizonte como una sola cosa, pero, no, no, es el horizonte y el cielo es el cielo. Leo ve al horizonte desde el cielo y no sabe una cosa cuando ni aún logra sospechar algo que va hacia Tierra firme. La vida comienza a caer sobre el insistente pez del mar abierto y tan desierto que comienza a naufragar y notar que la yola tiene agua de mar salado por la fuerza que fue arrastrado y es llevado hacia la orilla del Mediterráneo. Leo quedó varado cuando el pez del mar lo abandonó cansado de mover la yola hacia Tierra firme en el Mediterráneo. Leo quedó naufragando en el tiempo y más en el océano lleno de animales tan salvajes como ballenas, tiburones y más que eso con el pez del mar. Leo en el afán de creer que en el mar se halla sin más ni más que entre mar salado y en una sola yola Leo sólo presiente que el silencio de la noche después del ocaso se siente como un náufrago sin destino ni camino. Leo llega a atemorizar sus nervios de un sólo espanto nocturno cuando sólo llega la noche. Leo en el ejambre de la soledad, y en una sola yola desafía el alma de una pureza innata cuando el pez del mar lo deja por la noche tranquilo y quieto.
Leo en ese mar desierto queda varado allí mismo cuando el pez del mar lo deja de mover y lo deja tranquilo y con un susto y una temible vida en una sola desesperación en una sola muerte y tan segura como pertenecer al mar varado allí mismo. Leo quedó como el torrente de sinsabores con haber probado al sabor del mar. Leo quedó como la yola, fría y tan álgida como el tiempo y como haber naufragado desde hace tres días en el mar desierto hacia el Mediterráneo. Leo siente y presiente morir bajo ese mar azul y tan abierto como lo es llegar al horizonte. Leo quedo varado alli mismo en una noche impetuosa y tan clandestina como poder saber del tiempo o del oscuro océano zozobrando en el tiempo y en el mar abierto de un Mediterráneo. Leo quedó como el ir y venir en yola dejando abierto el intransigente momento y tan vil como la noche desierta y tan desierta como el desierto frío. Leo quedó como el frío adyacente en poder creer que el desafío quedó en el mar abierto como el recelo de la vida o de ese mar abierto e intransigente. Leo quedó varado allí mismo como un náufrago naufragando en el tiempo y más en ese mar Mediterráneo. Leo quedó sin final ni comienzo antes de naufragar y después de naufragar quedó como el temor en medio del mar abierto destrozando en el alma una sola verdad y tan fría como ese mar salado. Leo quedó como el instinto delicado cuando zozobró en ese mar desierto y tan bravío como un sólo tormento y tan frío como el desastre de ver el cielo como el horizonte. Leo varado allí mismo en ese mar desierto que cubre de salado a su cuerpo y a su yola dejando inerte al mar sosegado y templado. Leo en el tiempo sosegado de espantos nocturnos quedó con el silencio de una noche impasible de tiempo y en querer llegar a Tierra firme. Leo insípido como la verdad quedó como el tormento frío o como la noche inestable cuando el sol se fue en el atardecer en el ocaso. Leo quedó como un náufrago perdido y dolorido de un sólo espanto nocturno cuando en la noche quedó varado en medio del mar. Leo logró despertar en el amanecer y en la alborada vio al sol en el cielo, pero, logró el pez del mar, nuevamente, arrastrar a la yola con el sol a cuestas de la pura verdad. Leo quedó varado allí mismo cuando el sol comenzó a girar y Leo también dando giros. Y el pez del mar lo lleva y lo arrastra por ese mar salado donde comienza a zozobrar de un espanto y en querer llegar a Tierra firme. Leo con aquellas aventuras del superhéroe recuerda y piensa en lo que le expresó el superhéroe de la vida, del honor y de las guerras que…
-¨…la vida y el honor de la guerra se debate una vida o una muerte y doy la vida por la gente, por el honor y por la vida de mi gente a guerrearrrrr…¨-.
Leo decide pelear por su vida, por lograr llegar a Tierra firme y saber que el destino y que el camino son uno solo. Leo quedó amarrado y atrapado entre un mar y una yola desatando furia y con un buen desenlace fatal en poder llegar a Tierra firme. Leo quedó varado allí mismo cuando Leo le habla al pez del mar y desata la euforia en querer ser feliz y luchar y guerrear en contra de la razón y por hasta la pasión con ese mar abierto y tan desierto como el mismo desierto. Leo le habla al pez del mar cuando logra pelear por su vida, honor y corazón, desatando la verdad de que sólo quiere lograr llegar a Tierra firme. Y las aventuras de aquel libro cuando sólo lo recuerda como un gran superhéroe cuando sólo decide decir las palabras de ese superhéroe que dijo así exactamente…
-¨…mi honor es ganar la guerra, salvar a la gente y amar a las personas y la guerra es morir en campo de batalla con rifle en mano defendiendo a su ideal, a su estrategia y su técnica, tácticas, por las cuales, hay que ganar…¨-. Leo sólo sabe cómo ganar a la muerte y está queriendo sobrevivir en el impetuoso mar y tan desierto como el sólo frío.
Leo quiere sobrevivir al impetuoso mar y tan desierto como el gélido desierto que se debate en un ir y venir en ese terrible mar abierto. Leo se hace tan amigo del pez del mar que el enorme pez lo lleva a Tierra firme. Leo sobrevive con ímpetu y con agallas de un hombre naufragando en el tiempo, en el mar y en la soledad de un hombre solo y que, sólo, desea sentir y ver la Tierra firme. Leo como todo héroe desea salvar a su propia vida y, así, lo hace, ve el cielo y el horizonte juntos, pero, aún, no ve Tierra firme, sólo confía en el pez del mar que ni lo hirió ni se lo comió. Leo comienza casi a desfallecer por sed y hambre si, sólo, lleva cuatro días naufragando en el mar abierto. El mar cálido y, a veces, frío, convierte al pez del mar aliado de Leo y Leo lo convence a que lo lleve a Tierra firme y, así, lo hace el pez. Leo observando al sol en el cielo se deja llevar por la luz del sol siempre al norte, siempre al norte. Leo logra sobrevivir en esa yola, su honor y su virtud quedan en disputa del mar abierto y desierto que sólo atrapa a Leo entre las garras de todo animal marítimo. Leo, sólo, piensa en aquellas palabras del superhéroe en aquel libro lleno de aventuras, por las cuales, expresó que…
-¨…mi honor es ganar la guerra, salvar a la gente y amar a las personas y la guerra es morir en campo de batalla con rifle en mano defendiendo a su ideal, a su estrategia y su técnica, tácticas, por las cuales, hay que ganar…¨-.
Leo, sólo, quiso sobrevivir a un naufragio de un presagio que ya había socavado muy dentro de él cuando escuchó el desperfecto mecánico en el navío y lo dejó varado naufragando en el medio del mar. Leo llegando casi al Mediterráneo, sólo, descubrió que la Tierra es firme, es hermosa y como la Tierra ninguna para poder vivir y sobrevivir en paz. Leo se incorpora en la yola y nota que ve la Tierra. El mar a la orilla del Mediterráneo logra llegar sano y salvo y todo gracias al pez del mar. Leo con sed y hambre logra ver al horizonte y que es Tierra. Leo quedó como la Tierra firme, erecto, y leal y tan transmutado con el trasfondo del mar abierto y tan desierto sólo detrás de él y de la yola. Leo dejó atrás al mar abierto y tan desierto como poder ser el naufragante más sabio y más inteligente de todos en el mar abierto o tan desierto como el haber sobrevivido con el pez del mar. Leo quedó abatido, adolorido, y tan malherido como el mismo destino y como el camino y tan friolero en que casi llega a Tierra firme, sí, hacia el Mediterráneo. Leo trata de ver al horizonte entre el cielo y el mar por la yola y nota que ve a la Tierra firme cuando en el trance de la fría verdad quedó como el naufragio más famoso de toda la región en el Mediterráneo. Leo llegó en yola y lo divisa la autoridad costera del Mediterráneo y él sólo quiere agua mineral y alimentarse después de naufragar cuatro días en el mar desierto y tan abierto como lo fue llegar a las costas del Mediterráneo. Leo fue muy famoso si logró sobrevivir en una yola después que el navío naufragó en medio del mar. Leo llegó a Tierra firme y le agradeció al dios del mar, al dios de los cielos y al dios de toda su vida. Leo logró derribar la suerte y más que eso el mal vivir dentro de una yola. Leo por explicar las razones, por las cuales, se aferró a sobrevivir dentro de esa yola, sólo les contestó lo que leyó de un libro y de un superhéroe en las aventuras más reales de su corta existencia que…
-¨…mi honor es ganar la guerra, salvar a la gente y amar a las personas y la guerra es morir en campo de batalla con rifle en mano defendiendo a su ideal, a su estrategia y su técnica, tácticas, por las cuales, hay que ganar…¨-.
Leo les contestó más que la vida es el honor de un hombre y que a la guerra hay que vencer con honestidad y valentía y naufragar eso era sólo una cobardía de un hombre no pelear el honor de su vida: su vida. Y, también, Leo le agradeció al mundo y a la región del Mediterráneo por el pez del mar, que sin él no hubiera podido llegar a Tierra firme. Hasta ahí llegó la fama de Leo, y lo tildan de loco. Leo continuó hablando del pez del mar y que era su mejor amigo, el del mar, y Leo consiguió llegar del mar desierto y que aún logró sobrevivir de todo el mar gracias a ese pez del mar. El pez del mar logró que Leo sobrevive al naufragio y Leo se lo agradece infinitamente, pero, el pez del mar logró destruir todo su dolor en hacer que Leo viera Tierra firme y así fue. Leo logró llegar a su Tierra natal y a sus hijos les cuenta toda la historia del mundo del naufragio y del pez del mar hacia la verdadera existencia de Leo en llegar a Tierra firme. Los hijos le creen, pero, la prensa y ser famoso aún no le creen que un pez del mar lo haya regresado y que lo haya hecho sobrevivir en medio del mar y del océano a la vida de Leo. Leo comienza una nueva vida y nuevo sortilegio. Leo no llega al mar, nuevamente, hasta que un día logra aceptar la encomienda de ir al Mediterráneo y así es que cuenta la historia…
Leo, un hombre rudo, raudo en cuestión de fuerzas, tenaz y caprichoso con las mujeres, irrumpe su propio destino por encomiendas de un amigo en subir al navío para llegar hasta el Mediterráneo. Leo por obtener un empleo va en busca de un trabajo en el navío que lo lleva hacia el Mediterráneo para poder laborar, obtener dinero y mantener a su familia. Leo consigue ese trabajo más allá del Mediterráneo y el amigo le hace navegar en ese navío sabiendo que tenía desperfectos mecánicos. Leo consigue subir al navío y ya en altamar, sólo, piensa en el rumbo que toma hacia altamar y que es el Mediterráneo, un bello océano que lo llevará a Tierra fértil sin sospechar que el navío tiene desperfectos mecánicos y, así embarca y navega en altamar. En el navío todo va bien y Leo comienza a preocuparse ¿por qué el navío no zarpa en medio del mar? y queda el navío varado allí mismo y él sin darse cuenta. El navío tenía problemas con las hélices de la embarcación cuando zarpa a altamar y así navega con rumbo hacia el Mediterráneo. Leo comienza a preocuparse porque desde el camarote no ve más que mar si ya a la Tierra la habían dejado atrás, sólo, se veía el horizonte lejos de acercarse a Tierra. Leo convida y converge en un trance casi perfecto entre la somnolencia y el sueño, decide por una siesta en el navío sin sospechar que estaba varado desde hace tiempo en el mismo lugar…
FIN