En este mundo de los elementos
algo sin explicación podría pasar;
mis sentidos se quedaron perplejos,
antinatural que eso se fuera a dar.
El fuego es una reacción química
la cual del aire necesita para vivir;
la llama que yo conocí era atípica:
oxigeno no pedía, sí el alma sentir.
Su color no era el ya tan esbozado
sino el de un matiz violeta subido
y se acentuaba con mayor grado
cuando la llama iluminaba caminos.
El fuego respondía a la invisibilidad
pues su poder residía en la bonanza;
por eso, en panoramas de oscuridad
su luz más brillaba ante la acechanza.
Extraño fenómeno el que se presentó,
me veía enredado pero igual tocado;
la llama violeta al viento lo desafió,
la helada maldecía por ese llamado.
Si estabas triste, el fuego mermaba
pero igual eso alimentaba a su calor.
Entonces, salía ese brío que abraza
la esencia alentándote con su fulgor.
Porque muchos creen sí se extinguió,
es un bien que parecería de escasear.
Si buscas en donde tu corazón latió,
te sorprenderás: es el poder de amar.
Vito Angeli