.
Abulia literaria
.
Ya llegó el nuevo maestro,
que vanguardia trae al aula,
y mi voz se descalabra,
ante un futuro tan presto.
Sobro ya en este concierto
pues su brillo me desalma;
con su energía y su karma
se abre paso a nuevos cielos
y mis consejos tan necios
a nadie ya, le hacen falta.
.
Al portal su luz le ofrece,
su verso fluye cual río,
yo al remanso lo desvío,
con mi canto se decrece.
Su innovación enriquece,
chispa de un nuevo camino.
Es su canto arte divino,
con que yo, en este sendero,
busco la sombra, y no quiero
ser estorbo en su destino.
.
En la vasta y enrevesada selva del panorama literario contemporáneo, donde las letras parecen amar la dispersión más que la cohesión, me he visto llevada a una resolución, quizás un tanto lastimosa, pero no menos inevitable: tomar un merecido descanso.
.
Así, como esos grandes pensadores que, ante el desasosiego de un mundo que consume la imaginación con la voraz insaciabilidad de un león hambriento, eligen el retiro, me dispongo a alejarme de la vorágine bibliográfica que me rodea.
.
La razón de tal desdicha es prosaica, pero no por ello menos significativa: el aburrimiento, esa dolencia crónica que me acomete cuando intento encontrar algo que, dignamente, pueda ser considerado merecedor de mi escaso tiempo.
.
Es un hecho conocido que la mediocridad, cual leviatán insuperable, parece haber cuajado en la idiosincrasia de nuestro siglo. Hay quienes, con la misma destreza que un arquero manco, riman \"año\" con \"leño\" o Gómez con ajedrez, no solo deshonran la rima, sino que también se convierten en abanderados del analfabetismo estético y espiritual y se permiten tratar de arrogantes a quienes pretenden enseñar lo poco que saben.
.
No es de extrañar, entonces, que mi persona, (considerada por algunos como arrogante, ponzoñosa, farsanta y eteces varios), está molestando por estos lares y eso es algo que a decir verdad, he de asumir, dado que así lo han dictado los mundanos del verso, esos, que celebran con salvas, el regreso de algún manipulador y la vuelta de plagiadores, ante eso y otras cosas peores me siento en la obligación de poner distancia ante tan triste espectáculo.
.
Veo que algunos individuos dotados de algún atisbo de lucidez, aunque al parecer son tan escasos como las estrellas en un cielo nublado, también suscriben la costumbre de alabar publicaciones que carecen de sentido y suenan como los chillidos del cerdo cuando lo capan.
.
Asimismo, estos más lúcidos, observan con benevolencia y callan o peor aún halagan, (haciendo flaco favor) las composiciones en verso que, al ser desenterradas, revelan un caos absoluto, esos “versos libres” que, en realidad, serían más apropiadamente calificados de \"versos perdidos en la mediocridad\", pues carecen de orden y concierto, cual baile de derviches en plena confusión, pero se llevan su ración de halagos.
.
Además, el teatro de lo absurdo se ha adueñado de nuestra sociedad, donde el halago por peloteo se ha convertido en práctica habitual con el único fin de figurar en tendencia, por cierto una tendencia criticada por aquellos que más la añoran y hacen hasta el ridículo por figurar en ella, hasta el punto de hacerse estrellitas a sí mismos, ¿habrá algo más ridículo que aplaudirse a uno mismo? Eso debe ser como hacerse una manuela y al terminar aplaudirse por lo bien que se la ha hecho.
.
Estas cosas ocurren en un mundo donde se premian lo efímero, lo mediocre, lo fácil y lo vulgar, porque parece que el auténtico valor literario ha sido relegado a las tinieblas de la intrascendencia.
.
Y no es sino, que esto ha provocado en mí un laberinto reflexivo, al verme rodeada de estos ecos vacíos, que insisto que quizás, sólo quizás, se deba a mi percepción del mundo literario, que parece no ser la misma que la de la mayoría, por todo esto me marcharé un tiempo para esperar al regreso de las golondrinas, esas aves que, con su bello vuelo y canto melodioso, traen consigo la ansiada caricia de la calidad y el arte que hoy se encuentra ausente.
.
Por ende, me tomo una temporada de reposo, en el fragor y el barullo del insondable abismo literario, me constituiré en observadora sombría, esperando que la inspiración, de las musas caprichosas, se aparezca algún día por estos lares.
.
Y, mientras aguardo su retorno, me empeño en cultivar la inactividad, cual jardinero que, en el estío, se rinde ante la sequía y decide preparar el terreno para tiempos venideros de fructífera abundancia.
.
Pero yo, en vez de hacer como el jardinero, me dedicaré a seguir con mis sillas en miniatura en el calor de mi taller. Quizás al abandonar la superficie de esta cultura líquida, encuentre en las profundidades de la reflexión y en el encordado de mis sillas enanas, el sentido que tanto anhelo y que, hasta la fecha, ha brillado por su ausencia.
.
Que me disculpen todos aquellos que alguna vez se sintieron vilipendiados o menospreciados por mi actitud, y a los que nunca ofendí, no crean que es que no me acordé de ellos, es que no tuve tiempo para caer mal a todos, pero no sufran que si vuelvo intentaré sacar tiempo para vilipendiarlos también.
.
Quizás vuelva en primavera disfrazada de alcachofa, con mi traje de lunares, mientras tanto les deseo que lo pasen bien y celebren mi partida con cava Dom Perignon o con jugo de papaya.
Besos y abrazos no les doy, porque imagino que ya tienen quien les de.
.
Las hojas caen, y el viento
me susurra un suave adiós;
hoy se cierra un ciclo atroz,
sin llantos y sin lamentos
Que el otoño traiga al centro
esa paz que tanto anhelan
aunque mis versos se quedan
pa\' recordarles que un día
ha de volver esta arpía
al llegar la primavera.
(Si es que antes no se la llevan
los ratones coloraos)
.
Mercedes Bou Ibáñez
La arrogante y ponzoñosa farsanta
Posdata; Vuelvo a repetir una vez más, para que los manipuladores no tergiversen mis palabras, que hacer versos es una cosa y hacer poesía es algo diferente, la poesía no tiene reglas, los versos sí.