Matias 01

Diario (03 setiembre 2024)

El hombre puede ser bueno, justo y triste, pero

no importa

siempre estará con la carne viva, con la sed

ligada al silencio,

desmoronándose siempre en el aire alado

que nunca duerme,

que pasa todo el tiempo rozando el pálpito

de la tumefacta herida.

 

El hombre puede ser viejo, solo y triste, pero

no importa

no pide mucho,

seguirá siendo diminuto, apenas un susurro

sumiso,

un soplo, una respiración arrastrando la vida

sin tiempo…

como si en cada paso llevara algo del morir

de otros hombres, además del suyo.

 

Hombre, humano pobre, humilde, que padece,

perdido y solo en campo abierto,

silencioso de tanto peso, de tanta tierra,

profundo por tanta ausencia…

Parecería que le crecieran los pies de tanto ir

y las manos de tanto dar.

Parecería que alguien le murmurara a cada paso:

“un poco más…”

Parecería que Dios lo resucitara a cada rato

para que siguiera muriendo en este mundo.