Carlos Eduardo

La mujer apropiada

La mujer apropiada


     Conoció a Esther en la biblioteca de la Universidad, él tenía 20 años y ella 18, conversaron en 3 oportunidades que coincidieron allí, Esther estudiaba primer año de literatura y Johan estaba como alumno libre sin decidirse por su futuro.

 

      Johan se enamoró de Esther y por su última plática con ella él estudió medicina, no la volvió a ver.

 

     Johan no se casó, era simpático, alegre y las mujeres le encontraban sex-appeal; había gozado del sexo donde fuese que estuviera, compañeras, invitaciones al extranjero, pacientes que lo llamaban para sus tratamientos, …

 

     Cuando niño Johan había quedado solo, sus abuelos maternos se habían hecho cargo de él por la separación de sus padres; sus padres murieron trágicamente un mes después de dejarlo al cuidado de los abuelos en un accidente una noche que intentaban reconciliarse.

 

     Johan con un par de colegas amigos, celebró sus 50 años en el club de campo médico, se ausentó para ir al baño, cuando salía de la toilette observó a una mujer que surgía de otra puerta, para su sorpresa era Esther, su corazón se agitó aceleradamente, ella lo saludó cariñosamente, se rearmó súbitamente y la abordó por lo que quiso siempre: Esther llevo 30 años enamorado de ti esperando este momento para confesarte mi amor y saber si es reciproco.

 

   Johan, yo me tuve que retirar de la licenciatura y volver muchos años más tarde a retomarla, estaba embarazada de un estudiante de medicina, actualmente mi marido, que es doctor.

 

   Pero Esther, no notaste ningún signo de nuestra inmensa afinidad, yo no habría tenido ningún prejuicio ni me hubiese importado toda tu historia.

 

 Johan, Johan, a media voz apagándose, acaso no sabías que somos hermanos.