APENAS UN SUSURRO
Revives en las calles de mis recuerdos
como el alba que del tiempo es mensajera,
quedaste en las estaciones como estatua
que mira curiosa mis presentes.
Silenciosa y taciturna, apenas presente,
sigues mis pasos de vagabundo pensativo.
Tienes el misterio de los templos,
que albergan el agobio del fracaso
y protegen los crepúsculos malos.
Eres como las risas que se las lleva el viento,
cantos arcaicos de idiomas muertos,
aunque no necesito escucharte,
tus ojos de mármol me recuerdan la ausencia
y tu figura quieta me dice,
que parta a buscar las respuestas
que aguardan tranquilas en los pliegos.
y te hago caso porque sé que a mi retorno,
si regreso con las manos doloridas,
te hallare quieta y esperando,
para que descanse en tu regazo.
Es el quizás y el después
el talvez y el presente
lo efímero y lo perenne
los amarres y la locura
la tersura y la vejez
y el milagro repentino
cuando creía que no había nada.
Todo descansa en el recuerdo
y germina en las miradas.
En el sosiego de haber vivido
y sentir los palpable
y lo que se ha ido
con la serenidad de haber sido.
Carlos Brid