Rodrigo Santibáñez

Parca

Me burlaré eternamente de la muerte,

Por lo ridícula que se ve persiguiendo,

 A alguien que quiere ser alcanzado.

 

En el pasado un par de veces rozó mi camisa,

 Con el filo de su dedo corazón,

Como esa vez que estuve en cama,

 Todo un día, enfermo,

No de cuerpo, sino de razón.

 

Me sudaban las manos, como a ti,

Por eso te cuesta atraparme tanto,

Y yo que todo lo daría,

Por saber cómo dejar de seguir avanzando,

Dando botes, en las paredes de una vida triste,

Y quién irrevocablemente insiste,

En seguir intentando una vez más.

 

Y volvía el ciclo,

Un dolor tan clásico a este punto,

Que lo enfrento, tácito,

No me pronuncio al respecto.

 

Ahora me doy cuenta lo que he escrito,

El pálpito rápido no era el mío,

La verdad nunca me sentí perseguido,

Su parca está rajada por detrás.