De aquí no se mueve ni Dios.
Si te vas ahora todos pensaremos
que te rindes ante tu archirival.
Cuando erais aliados dabais
más miedo que Freddy krugger
en una fiesta de almohadas.
Pero abandonar en medio
de la contienda es reconocer
la victoria del contrincante.
Además, quienes conocemos
bien el portal, sabemos
que quien entra aquí
no puede salir.
Quedamos atrapados
por las garras de la poesía.
Panero dijo que la poesía
destruye al hombre y somos
adictos a esa destrucción.
La poesía es un callejón sin salida
y el que haya tentado a la temeridad,
allá él o ella, pero no podrá escapar
aunque quiera.
Aquí hay poetas excelsos
y otros que estamos aprendiendo.
La mayoría se limita a dejar
sus poemas y no polemizan,
pero hasta los más pacíficos
gozan de ver los machetazos
desde detrás de la barrera
y no se les puede dejar sin carnaza.
Les dimos tanto circo
que se les quedó duro el pan
y no podemos defraudarlos
abandonando el barco
cuando barbaroja nos asedia.
Una vez alistados a la lucha
solo hay dos opciones:
Seguir o morir, y la retirada
no se contempla aquí.
De aquí nadie se va.
Nadie, ¡¡¡¡NADIEEEEEE!!!!