Pena me dan esas mujeres que pretenden
con su odio irascible erradicar lo femenino
privar al hombre del encanto que disfruta
por criaturas como tú tan espontáneas
cuya feminidad no menoscaba inteligencia
y saben entregarse sin reservas
ante el hombre que las idolatra
Si me pidieran describirte no podría
tan solo diré que eres mágica y etérea
y tu magia en tierra te transforma
cuando corres juguetona en el llano
desplegando tus alas pequeña mariposa
una más confundida entre las flores y la hierba
Cuando en la tardes me acunas amorosa
me conforta tu piel tibia y suave de visón
y entre mimos me cantas al oído cual gorrión
en instantes tu tierna voz me laxa y vigoriza
y me llevas endeble como un chiquillo
velando también mis sueños, fiel dragona
Cisne eres con tu talle que paseas
y elegantemente te reclinas en la fuente
con ese tu vestido blanco tan holgado
cuya amplia falda al ondear incita
a descubrir los manjares que se ocultan
Imperceptible para otros es tal prodigio
cuando en el mar tu misterio se desvela
tus cuerpo traslúcido y fulgurante
dejándose llevar al contacto de las olas
ondina que desapareces entre la espuma
Pero la que más disfruto corazón
es esa combinación tuya entre las sábanas
ese cuerpo que lanza llamaradas
de seductora e irresistible cortesana
respondiendo golosa a mis avances
es entonces cuando vibra y se convulsiona
todo el mundo cotidiano que conozco
olvidándo de quién y dónde estoy
Truenos y rayos entran por la ventana
mi sangre hierve y se funde
mi cuerpo se agita y gime
hasta fusionarse en tu boca
hasta penetrar en tus dominios
con el furor desordenado de un tornado
y no quiero, no, de tu vientre separarme
eres tú mi brújula en la Atlántida o Thule
eres tú mi musa y talismán, la hechicera