alegazpa

Hasta siempre. Llegan luces de septiembre.

 

 

Dónde está la responsabilidad afectiva.

Ya no te reflejas en los estanques.

En el dolor y acusación 

amparaste sumergirte en lo banal.

Disfrútalo hasta no poder más.

Luego darás cuenta.

 

 

\"Ojos que no ven,

corazón que no siente\".

Mas no es así cuando se ama

de verdad.

La intuición divina se siente,

aunque no se vea físicamente.

Luego también habla el pueblo

lo que quise ignorar

de lo que Cristo me habló 

y mostró...

Perdóname, Dios,

otra vez he fallado

confiando en que el humano

perdona el fallo

y lo usa para engrandecerse,

mas gran parte se tira al barro

del egoísmo.

Ilumina su espíritu,

así sea...

 

 

Dieron igual las equivocaciones 

de un enfermo

que perdonó traición vil.

Aún así vuelve a perdonar

lo que él nunca haría.

No hay reproche,

solo expreso agonía...

Desahogo por dentro

porque sucumbes a los comerciantes

en el templo.

 

 

Otra prueba más

para enterrar lo viejo,

orar, regarlo

y que brote un árbol.

Subir a los pájaros que aniden 

e ir a otros lugares a comer frutos.

 

 

Hasta ya sé quienes son amigos

y quiénes no,

aunque ame a todos.

La intuición dice

que hubiese sido tan diferente...

pues en un intercambio de papeles

me habrían lapidado

y solo Dios hubiese salvado.

Como lo hace ahora...

dándome luz en la sombra

a través de las palabras.

Nadie fue culpable.

Ni nadie santo.

Ya basta de ello.

Él habla en la intuición,

lo demuestra siempre 

con sus gestos

cuando enfoco mi atención.

 

 

Hasta aquí quedó.

Te deseo el amor,

por supuesto.

En otro vibrar me muevo,

quizá algún día por aquí te sienta

cuando te canses de no ser tú

y seas quien eres de verdad,

cuando el ser que mí me mostraste

nazca de nuevo.

En 9 años 

he estado postrado en el suelo

y he subido a las estrellas

en tus ojos,

hirientes y sanadores.

Ya es hora de bajarme 

y subirme

cuando Dios quiera.

 

 

Quizá te entregues al hedonismo,

a la lascivia.

Goces sin parar varones

sin sentir más nada que placer físico,

éxtasis;

quizá creas saber quién eres,

te sientas empoderada.

Y, si algún día duele,

atenta al susurro de Dios al oído.

Ahí nos volveremos a ver,

seremos buenos amigos.

Te amo.

Hasta siempre.

 

 

Llegan luces de septiembre.