Estoy esperando a alguien.
Desconozco la cascada
que rugirá en tu voz y
a qué hora de la fiesta
intercambiarán miradas
tu alegría y mi dolor.
¿Quién sabe si llegas
pronto o siempre he estado
sordo ante la música
de tus latidos?
¿Con qué rostro iluminarás
aquel retrato de sueños
abandonado bajo el polvo
del olvido?
Bastan 27 letras, miles de
combinaciones, me puedes
emboscar con cualquier nombre.
Me hallarás sin la menor
defensa ante un arma que
ignoro. Traerás mi sepultura
para enterrarme en la vida:
una raíz sin fondo.
No te pido perfecta/
ganadora de un concurso de belleza.
Simplemente, no te pido.
Pero te espero, sin saber a
quién espero, necesito
entregarte este querer
renacido. Cuando te acerques,
pasa sin tocar la puerta,
mi casa es desde siempre
un anhelo
de la fugaz eternidad
de tu tiempo.