En la búsqueda de la luz estuve atrapada.
Visitando conventos e iglesias yo anduve.
Nada real veía, la realidad, estaba vetada.
De la tortuosa faena, a gritos, me detuve.
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Evocaba a cada instante a mi fanática tía.
Ese portento de Eva anhelaba ser monja.
Ella, era mi karma, atendía Misa día a día.
En verdad, quería vencerme, con lisonjas.
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Lo cierto es que, nadie me salvaba de Ella.
Algo bueno para mí, vino de su insistencia.
Un día domingo, se propició, la \"Querella\".
Yo dormía, Ella gritó y tuvo mi resistencia.
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Conclusión:
¡Todo niño, conoce lo qué es un maltrato.
Es niño y sabe qué es liebre y qué es gato!