Tus curvas son carretera perdida,
pasados insidiosos del olvido,
las ventanas de tu cuerpo, acogido
en mi regazo, nuestra vida hundida.
Ya retorna a la sentida corrida,
y después de un suspiro estremecido
en tu pecho vibrante y aguerrido,
la manera de extraña bienvenida.
Esperada por la puerta, la esencia
del presente de ayer que es el presente
de fracasos de un amor inclemente,
y arde la piel, inspira la potencia.
Así es la vida, solo ella, la mente,
cambios agitan, sed en las miradas.