Una mañana fría te hallé posado
en las ruinas de mi alma
Que alguna vez fue un jardín lleno
de flores blancas
Que teñiste de violeta y de un
aroma a imposible.
Una tarde silente te hallé esperando
en las ruinas de mi alma
A que el tiempo trajera las
nostalgias del alba
Y que el viento dijera
lo que nunca dijiste.
En una noche extraña te vi
vagando en las ruinas de mi alma
Taciturno, distante, extraviado en
la añoranza
Deseando aquel regreso
que tampoco quisiste.
¡Ay! Flores de mi alma
Que muertas yacen ahora
en mi jardín vacío.
¡Adiós!
Aves cantoras
que partieron a la nada.
¡Hasta nunca!
Mariposas
que se han ido a buscar calma.