La noche que esperaba la mañana, cantaba
la noche. Se abrigaba en la noche. Amaba
la noche. La noche recitaba un poema
para adentro del alma de un dilema.
el llanto brotaba de una triste fuente,
como la sonrisa de una bella ausente.
La alegría y la tristeza de una gema,
el retoño de un tronco que se crema.
La mañana que tanto deliraba. Fantaseaba
el sol que ardiente discrepaba. Quemaba
con la brisa que la frente acaricia. Delicia
del fastidio que odia al amor. Envicia
a la pasión que se derrama en llanto,
y la sonrisa del mañana
que cree la noche
es la tristeza
en dulce canto.