Maxi AristarĂ¡n

La Promesa Rota

En San Carlos yo nací,

Tierra de cerros y mar,

Pero en Maldonado vi

A quien me hizo suspirar.

 

Era noche de nostalgia,

La cumbia nos envolvió,

Bailamos sin añoranza,

Y el amor nos abrazó.

 

Su vestido era de flores,

Sus ojos como luceros,

Me perdí en esos fulgores,

En sus labios hechiceros.

 

Le juré amor eterno,

Promesa que no cumplí,

Y ese error del invierno

Con creces lo padecí.

 

Rompí mi palabra dada,

Partí sin mirar atrás,

Dejando un alma quebrada

Y un corazón que aún late más.

 

La ambición me cegó entonces,

Busqué fortuna y poder,

Olvidé nuestros amores,

Creí que podría volver.

 

Desde entonces, maldición

Sobre mí cayó sin fin:

Muchas tuve en mi pasión,

Ninguna me amó al fin.

 

Bellezas me rodearon,

Dulces labios yo besé,

Pero todas me dejaron,

Solo y triste me quedé.

 

Recorrí ciudades grandes,

Crucé mares y fronteras,

Escalé incluso los Andes,

Buscando amores de veras.

 

Pero el destino, implacable,

Me negó siempre el amor,

Un castigo inexorable

Por mi acto de traidor.

 

Las mujeres que encontraba

Solo buscaban placer,

Ninguna me enamoraba,

Ni me hacía estremecer.

 

Años pasaron volando,

La juventud se esfumó,

Y me encontré suspirando

Por quien mi alma no olvidó.

 

Hoy, anciano y solitario,

Frente al fuego escribo yo,

Este triste itinerario

Que la vida me marcó.

 

Las arrugas en mi rostro

Cuentan historias de ayer,

Pero en mi mente aún postro

Aquel baile, aquel querer.

 

Recuerdo aquella cumbia,

Su sonrisa, su mirar,

La promesa que era rubia

Y no supe conservar.

 

San Carlos, tierra querida,

Maldonado, mi penar,

Una noche, una partida,

Un amor que no pude honrar.

 

Si pudiera retroceder,

Volver a aquella velada,

Juraría con mi ser

No dejarla abandonada.

 

Mas el tiempo es inclemente,

No perdona, no retorna,

Y este amor omnipresente

En recuerdo se transforma.

 

Que sirva mi triste historia

De lección a los que aman:

Honren siempre la memoria

De promesas que proclaman.

 

Pues no hay nada más valioso

Que un amor puro y sincero,

Y el castigo es doloroso

Para quien no fue sincero.