Salva Carrion

El Sol dora los campos de girasoles

El Sol dora los campos de girasoles;

con el cántico cálido del verano.

En el riacho, nadan brillos estivales,

y se oye de aves un jolgorio cercano.

 

Los juegos olvidados de los chavales,

devienen en secas lágrimas de anciano,

recuerdos de otras cosechas de trigales,

en tardes a la fresca de charla y vino.

 

Cimbrean las ramas frescor de laureles

con la brisa que trae el aire solano

tras agitar el manto de los maizales,

y aventar el polvo seco del camino.

 

Las hojas secas del otoño temprano,

caen a tierra mecidas por el viento,

donde fungirán en un fértil abono,

madre de plantas, flores y sentimientos.