Las cartas del oráculo
tienen la caligrafía ilegible
su código es indescriptible
por mucho que añores transparencia
entre la fe y las tres de la tarde
seguirán ahogados los tentáculos
de la promiscuidad entre el desasosiego.
Empeñarse en desentrañar su mensaje
es para los héroes del Peloponeso
una tragedia de los dioses.
Siempre cabe el vértice de un armisticio
en el que ninguna parte tenga que renunciar
a sus primigenios valores de la creación.
Con su nacimiento vino la sentencia
arrastrar las culpas con las que no pudo Sísifo
de contradicciones y desencuentros.