Ola que viene y ansiosa va,
Rizo blanco
que el mar aleja,
jugando a lejanía, desierto y calma,
moviendo con el remo mi mente ajena.
Atrás quedaron
ellos en su esperanza,
oyendo mi voz en grito
pisando tierra,
y viendo a un Dios ajeno guiar mis pasos,
anhelos de un futuro que nunca espera…