Posee su esplendor los dones mágicos
que exhalan de pasión efluvios sáficos.
Con esa su mirada piromántica
exhibe del amor su luz heráldica;
llevando en su figura tan elástica
un fuego tan febril voraz y orgiástico
que enciende los deseos más enfáticos.
Su estampa celestial de diosa helénica
conserva gran fulgor de ninfa homérica;
bordada de manera casi etérea
con trazos impecables y mesiánicos
que inspiran a mi numen regios cánticos.
Circula por su cuerpo sangre hedónica
que trae de Afrodita herencia erótica;
que oyendo de su voz tan apoteósica
su timbre de vestal sereno y cálido,
me vuelvo sin pensar su dócil sátiro.
Resalta su presencia en forma impúdica
vistiendo de bacante roja túnica;
fluyendo por sus poros esa música
que embriaga con acorde tenue y plácido
y sirve al corazón de ardiente bálsamo.
Con gracias majestuosas y miríficas
de Venus heredó su savia etílica;
y siempre con imagen dulce y pírica
posee su esplendor los dones mágicos
que exhalan de pasión efluvios sáficos.
Autor: Aníbal Rodríguez.