Yasmelyn Marine

la Travesía Oscura: Círculos del laberinto eterno

Espejos rotos, cristales al suelo.

Espejos rotos, cristales. ¡Oh, el suelo!

¿Está limpio? ¿Está sucio?

¿Está limpio? ¿Está sucio? Repite, repite.

El brillo que se va, el polvo que regresa,

ecos presentes. ¡Ellos nunca cesan!

 

Puertas cerradas, llaves ocultas.

¿El cerrojo? ¿El pestillo? ¡Gira, gira!

Una y otra vez.

Las sombras crecen, la mente se bifurca.

Una y otra vez.

Y en la confusión, mis sentimientos se frustran.

 

Caminos recorridos, huellas en el aire.

Caminos, huellas, huellas en el aire.

¿He pasado? ¿He vuelto?

El retorno es interminable.

El mismo sendero, el camino no es afable.

 

Luces encendidas, sombras en el rincón.

Luces encendidas, sombras y confusión.

¿Está allí? ¿O no está allí?

¿Está allí? ¡Busca, mira allí!

La penumbra se esconde, la claridad vacila.

La luz se inquieta, la sombra titila.

 

Voces susurran, bucles en mi mente.

Bucles que son persistentes.

¿Es real o es un sueño?

El dilema es eterno, las palabras atormentan.

El silencio grita, el silencio grita frases que son infinitas.

 

Tantas preguntas, respuestas al viento.

Tantas preguntas, respuestas y tormento.

¿Puedo parar? ¿Debo seguir?

¿Puedo parar? ¿Debo seguir?

El caos interno, el orden deseado.

El orden deseado y el caos atrapado.

 

Entre ecos y sombras el ciclo se cierra.

Entre ecos y sombras la mente se encierra.

Buscando en el vacío se desdibuja el intento.

En el laberinto eterno el tiempo es un tormento.