Y para ser feliz, el sol cuando llega el alba,
el vuelo de golondrinas paseándose por la playa,
la fresca brisa marina, que da de lleno en mi cara
dibujar esa azul franja en el lejano horizonte
delimitar sur y norte, imaginar su mirada.
Y para ser feliz la mañana, que despierta bulliciosa
el perfume de mis rosas, el canto de la cascada,
la mirada enamorada que pasea por el cielo
esa hojarasca en el suelo que se eleva en remolinos
alzándose en los caminos cual vuelo de mariposas.
Y para ser feliz, ser la dueña de mi sentir y mi andar
de esas tardes que el ocaso se desangra sobre el mar
de ilusiones y de amar, como me nazca el amor.
Y feliz es el dulzor que escapa de su mirada
ser eterna enamorada de la lluvia y el rocío
me hace feliz ser el río, que entrega a la mar sus aguas.