Alexis Miguel González González

Ausencia

Llega la noche amor mío, en mi soledad

entre el cielo y la tierra,

te imagino como 

estrella fugas alumbrado

mi vida. Ahí, ahí va ella, grito como un loco empedernido. Una taza 

de café desmiente el sueño,

 no puedo dormir,

llega el deseo que no te gustaba,

un cigarrillo en esta noche fría

quema mis pulmones, daña mi

vida. Esta casa vacía, con 

sus muebles convertidos

en tu nombre, succionan cada célula 

de mi cuerpo, me he transformado

en un hombre débil, vacío por 

dentro. Será que tu ausencia

me hace daño, me he convertido 

amor, en un perro sin dueño,

vagando por las calles, acercándome 

a cualquier mano que pueda 

alimentar mi aliento. Será que tú ausencia 

me está haciendo frágil. Yo me

pregunto. Dónde estás hombre

de acero, hombre de mil

batallas, vencedor de cada 

combate en los coliseos. No me

reconozco ni yo mismo, haz 

dejado en mi la ausencia de la 

conexión entre la musa, el corazón 

y las manos, te llevaste contigo 

mis sentimientos, así aún, 

te sigo queriendo. Dónde estás amor,

ven y regrésame lo que me 

pertenece, no ves que muero,

ya no visito a los amigos, ellos

también me abandonaron. En 

las noches comparto a la orilla

del río con mi mejor amiga 

después de tu despedida, esta 

botella de alcohol me abraza, me

besa como si fuera mi novia,

consume mi hígado y me acuesta 

en el oscuro cause del río. En 

otros brazos te imagino, lamiendo

el pudor de otro hombre, te has

ido y no te importo dejarme, me

echaste en alta mar sin capitán 

que guíe mi destino.