Un círculo inaudito
orbita sobre las muertas terrazas
al mediodía de otro domingo
en la ciudad con violencia sin fin
Como el pájaro de color
humo que incendia
sus alas para ascender
Sus mil ojos nombran
aquello que no debe convocarse
El deseo late
sin furia
bajo una piel que tensiona
al contacto de las manos
según su pálida vibra