~ * ~Sinopsis:
~ * ~Julia y Sandra realizan el juego por amor y es un pacto de sangre, el cual, se lleva a cabo en un juego por amor…
Sucesos:
Julia llega a la escuela donde estudia Sandra. Julia conoce a Sandra en un momento de descanso entre dos clases en la misma escuela. Julia de cabellos oscuros, ojos de color café y piel morena mientras que, Sandra es de cabellos rubios, ojos de color azul y piel de porcelana. La vida de Julia se torna exasperada cuando sus padres se divorcian y Julia llega a la escuela de Sandra por encomiendas de una vecina. Julia, una chica de cabellos castaños, ojos de color café y piel morena llega a ser la mejor amiga de Sandra. Sandra, una chica de piel de porcelana, cabellos rubios y ojos de color azul declara en un decreto que su mejor amiga es Julia. Julia y Sandra son las mejores amigas de la escuela donde conviven para educar y forjar un futuro mejor. La vida de Julia y Sandra se convierten en un trance perfecto cuando su amistad es fiel y Julia en el afán de tener una amiga lo logra todo, tener a una amiga llamada Sandra. Sandra desea lo mejor para Julia y decide ser la mejor amiga de Julia. Julia y Sandra convencen a su corazón que la amistad es clara y precisa y que conlleva una amistad flotante entre el deseo de ser la mejor amiga y tener una amistad fiel. Julia parca, decidida, intransigente con la vida mientras que, Sandra es dulce y buena se debate en una ira insolvente cuando las dos tienen un carácter tan diferente, pero, atraído en el afán de tener una buena amistad forjando la fidelidad, la creencia y ser amigas de verdad. Julia desea conocer más a fondo a Sandra, sus caprichos, sus ideales, su dulzura, bondad y anhelos en la vida. Julia invita a su hogar a Sandra y desea comenzar una amistad fiel, sincera y muy real con ella. La vida entre Julia y Sandra pelean a la vida sin darse cuenta de ello. Julia decidida, intransigente, insípida y muy conducente desea conocer más a fondo a Sandra y ya en la habitación la figura de Julia se convierte en un delicado trance perfecto cuando desea conocer a Sandra. Sandra la lleva por el camino dulce, de bondad y lleno de anhelos, por el camino tan dulce y sin sabor que, a veces, atormenta a la vida y, a eso, le agrada a Julia. Julia desea convencer a Sandra que la amistad no tiene ningún valor y Sandra la convence de que prestando una muñeca y que la amistad tiene valor, virtud y es muy fiel. La vida entre las dos jóvenes comienza a caer al filo del corazón una linda, fiel y sincera amistad. La vida de Julia insiste en seleccionar un buen té y en una sala para jugar a las muñecas dejando saber que la amistad lo es todo entre Julia y Sandra. Sandra, a la misma vez, trata de enseñar a Julia que la fuerza, la sinceridad, la fidelidad y el buen gusto por la amistad lo es todo cuando se atormenta el alma en saber que la amistad no aflora en la distancia. La amistad entre Julia y Sandra se debate en un comienzo sin precedente cuando Julia llega a la escuela a conocer a Sandra y Sandra le gusta la amistad nueva entre ella y Julia. Julia traza una línea directa entre la amistad fiel y sincera de Sandra y los caprichos innatos de Julia y, a eso, a Sandra no le gusta. Sandra interviene entre esa línea directa y los caprichos de Julia y Julia aprende que la vida no debe ser así y con tanta exactitud se debe que entre Julia y Sandra no debe de existir línea de bifurcación. La vida entre Julia y Sandra se percibe como un capricho por saber que la amistad encierra un secreto que nadie sabe y es que el delirio delirante y el desafío entre Julia y Sandra se rompe en pedazos. Sandra y Julia se convencen de que la amistad es para siempre y que la amistad es como el amor verdadero entre dos amistades. La fidelidad y la sinceridad para Julia y Sandra se debate en que las dos saben ser fiel al sentimiento y que la fidelidad transige entre dos corazones sin ocultar engaños, secretos o infidelidades cuando Julia conoce a Sandra en la escuela y cuando sus ojitos de color castaños mira a los ojitos de color azul de Sandra se conecta el corazón como en un sólo palpitar. Julia y Sandra se convierten en las mejores amigas y la infancia de ellas crece y crece como su vida crece cuando siguen siendo fieles hasta el final por la amistad de ellas.
Mientras que, la vida continúa para Julia y Sandra, su amistad continúa en el tiempo, en la fidelidad y en el amor. Julia y Sandra se convencen de que la amistad es como el amor en el corazón. Tanto Julia y Sandra, cada una se dispone a tratar de realizar su vida. Julia se enamora de Ricardo y Sandra se enamora de Juan. La vida para Julia continuó parca, decidida en el afán de tener un carácter fuerte y encuentra el amor en Ricardo. Ricardo, un joven de sentimientos claros, de fiel sinceridad y de corazón noble decide enamorarse de Julia, una joven de cabellos oscuros, ojos color café y piel morena se debate en un verdadero amor, fiel y transigente y tienen una unión entre dos corazones cuando se aman. Mientras que, Sandra se enamora de Juan, un joven de corazón fiel y de ternuras en el corazón, lleno de anhelos y sueños futuristas se enamora perdidamente de Sandra y Sandra perdidamente de Juan. La clave en el amor entre Julia y Ricardo y Sandra y Juan se debate en que primero que el amor está la amistad y, así, comienza todo como la linda y fiel amistad entre dos corazones que luego se profesa amor. La vida para Julia y Ricardo se enfrasca en un tormento inestable cuando la vida, el amor y el corazón se unen para amar dejando atrás el mal carácter que posee Julia olvidando todo para poder amar a Ricardo. Mientras que, Sandra con un tormento de amor, pero, tímido y ávido en el momento para amar y entregar el corazón al unísono entre dos entes que se aman a conciencia, con timidez y avidez. La vida entre Julia y Sandra se convierte en una amistad transparente, translúcida y tan transmutada que la vida comienza a cambiar para un bien común entre ellas. La amistad para Julia y Sandra es ser fiel y demostrar que es sincera la amistad y que la fidelidad en el amor es como un pacto de amor por saber que se ama en realidad dejando atrás problemas, infidelidades, desazón y corazones rotos cuando en el afán se convierte todo en un frío altercado. Julia y Ricardo profesan el amor, la fidelidad en el corazón y la ternura en el amor. Mientras que, Sandra y Juan profesan el amor tímido, abstenido, silencioso, pero, muy ávido cuando en el alma se torna exasperada la propia vida como un desastre cuando no se ama y, así, es la vida para Sandra y Juan. La vida para Julia y Ricardo se debate, no se disuelve ni se diluye en un trance perfecto de un desamor cuando la vida y el tormento se siente amar verdaderamente y queda la suerte en amar ávidamente sin contemplación ni dolor alguno. Mientras que la vida para Sandra y Juan queda a la deriva sosteniendo la vida, el amor y el corazón en un sólo deseo por amar y sin desamar la vida porque, aunque, tímidamente aman la vida los convierte en un sólo deseo. El amor para Julia y Ricardo convida y converge en un sólo trance cuando Julia se enamora de Ricardo y es una atracción fría, pero, muy codiciosa en amar y sobrevivir con el amor en el corazón. El amor y la pasión vehemente entre Julia y Ricardo les hacen merecedores de un amor como si no hubiese otro igual. Mientras que Sandra y Juan convencen al amor de una pasión tímida, pero, tan ávida como es el corazón con latidos fuertes deseando amar hasta el resto de sus días. Sandra y Juan convergen en una sola situación amorosa como lo es el amor tímido e insípido y lerdo, pero, ellos sólo saben amar y es una corazonada con un impulso, como un impacto que le da el corazón por amar cuando en el momento se aferran al deseo de amar entre dos jóvenes, entre dos corazones, entre dos almas y entre dos vidas que, sólo, saben amar. Julia y Ricardo hacen lo mismo, pero, ellos no tienen escrúpulos ni tentáculos sólo un corazón ávido que perpetra amar hasta el fin de los días cuando converge una sola situación y es entregar el corazón sólo para amar.
Julia y Sandra aman tanto a sus respectivos amores que sólo desean amar como dos adolescentes que descubren el nuevo amor entre sus corazones. Tanto Julia y Sandra desean sólo realizar un pacto de amor, por el cual, se sienten como dos corazones que aman por primera vez y, sí, que aman a primera vista y es su primer amor. Julia y Sandra sólo convergen y convienen en realizar un pacto de amor, por el cual, se enreda el alma en un santiamén en saber que la ilusión y el corazón van de la misma mano. Tanto Julia y Sandra quieren realizar un pacto de amor para saber cuál de las dos se casará primero, pero, ese pacto las lleva hacia la verdadera existencia cuando el pacto de amor las hace pensar, razonar y lidiar con tantas obligaciones que nos trae la vida. Julia y Sandra dos adolescentes, las cuales, se aferran a la vida y el temor a ser como el dolor de cabeza que nos da la vida a veces. Julia y Sandra se convierten en un trance perfecto cuando arde el alma de deseos cuando la vida les hace un juego por amor en la vida y en la existencia que les concierne vivir. A Julia y Sandra les gusta entrelazar las vidas, las cosas y su existencia. Julia y Sandra conviven en una furia y con una euforia tan deseada que ya tienen compañeros de vida y amores clandestinos y que desean que sean para el resto de la vida y para siempre, pero, le temen a algo que quizás no llegarán a viejas y todo por el pacto de amor que realizan y con sangre. Julia y Sandra con una fiel y fuerte amistad y en contra de la voluntad se aferra a la idea más efímera, pero, más real y más trascendental de creer y proseguir un pacto de amor, el cual, será como la impoluta verdad y tan certera como lo más real. Julia y Sandra desean converger y realizar el pacto de amor para saber quién se casará primero si Julia y Ricardo o Sandra y Juan. Las dos jóvenes, Julia y Sandra, convergen una sola razón cuando en el alma, deciden realizar el pacto de amor más grande e inmenso de todas las vidas. Julia es quien se inventa el pacto de amor, es unir los dos dedos índices de ambas jóvenes cortados con una gota de sangre. El pacto de amor es jurar que cada una se casará, tanto Julia con Ricardo como Sandra con Juan. El pacto de amor crece más y más entre los sesos de las dos jóvenes queriendo realizar el pacto de amor hasta hacer certera la verdad y realizar el convenio, por el cual, el pacto de amor se realiza. La vida se siente como el alma sin luz desde que la vida comienza a crecer y crece más la vida y las dos jóvenes continúan en hacer vivo el amor de cada una hasta hacer valer que la pasión vehemente es tan cierta como la verdad. La vida quedó transigente y llena de un amor por un pacto de amor, por el cual, se aferra la vida y concierne en hacer el pacto de amor en una noche impetuosa, clandestina, sosegada, templada y con un gélido viento. Julia y Sandra convergen en realizar el pacto de amor una noche a media noche del día octavo del mes de abril para saber cuál de las dos jura casarse primero. Julia y Sandra juran realizar el pacto de amor esa noche impetuosa, clandestina, sosegada y muy templada entre el gélido viento se desata un desafío súper natural y sobrenatural que la primera que se casa es por el pacto de amor. La amistad fiel y sincera de por vida de Julia y Sandra convergen en hacer sentir que la fuerza en la amistad es la pureza del alma. La amistad para Julia y Sandra es saber que la fidelidad y la sinceridad no se pierde en secreto alguno y que se decreta que en el alma se siente como un secreto grito a voces abiertas, pero, el pacto de amor es la fuerza, es la voluntad y es ser capaz de solventar una decisión por deliberar y dilucidar que la vida es más que la fuerza por solventar un pacto de amor, un pacto de sangre que lleva a Julia y a Sandra por el camino del pacto entre amigas y para saber, cuál de las dos se casará primero.
Julia y Sandra compactan realizar el pacto de amor y el pacto de sangre conveniente a una noche templada, clandestina, sosegada y con un gélido viento que les hace realizar el pacto de amor conveniente a lo que convergen ambas. La amistad entre Julia y Sandra es tan fiel y tan sincera de por vida y se preguntan ambas si… ¿quedarán así para siempre? Julia y Sandra creen que algún día se separarán como la muerte separa a las parejas después que juran casarse. Julia y Sandra sólo quieren y desean realizar el pacto de amor, el pacto de sangre con unir los dedos índices con una gota de sangre de cada una. Julia y Sandra convergen el día y la noche en que realizarán el pacto de amor o el pacto de sangre y qué llevará cada una para realizar el pacto de amor o el pacto de sangre en el atrio en la casa de Julia. Julia decide que llevará alfileres para poder extraer una gota de sangre de sus dedos índices para realizar el pacto de amor o el pacto de sangre. Mientras que Sandra llevará papel y lápiz para escribir cuál de las dos será la que se casará primero tanto Julia con Ricardo o Sandra con Juan. Cuando Julia y Sandra se perfila la vida y más que eso la conmísera atracción de atraer el alma a un desierto frío y con un gélido viento se cree que la vida de ambas jóvenes se atrae en la vida una dulce atracción. Y es así como la vida es. Julia y Sandra convergen en una dulce, pero, muy atraída desesperación cuando se perfila en demostrar que la amistad va más allá de toda razón y que en el alma y más en el corazón se perfila en hacer creer que el amor lo es todo para amar en el corazón. Julia y Sandra convergen y conciernen en la vida en hacer demostrar que la amistad queda como una verdad impoluta y que el amor queda como un destino friolero y que en el trance de la verdad. Y la verdad se aterra en sentir y en presentir la suerte que les haga sentir que será la primera en casarse después del pacto de amor o pacto de sangre que las dos jóvenes concuerdan en realizar en una noche impetuosa, clandestina y sosegada. Las dos jóvenes concuerdan el día octavo del mes de abril y es un sábado a medianoche para realizar el pacto de amor o el pacto de sangre que es unir los dos dedos índices de las dos jóvenes hasta realizar el pacto de amor. Las dos jóvenes Julia y Sandra convergen y consolidan su estado más natural de toda la vida y que es la linda amistad entre dos jóvenes que desean realizar un pacto de amor o pacto de sangre. Tanto Julia y Sandra convergen en demostrar que la vida. el amor y la amistad son para siempre, siempre y cuando sea fiel y tan sincera como la impoluta verdad. La vida entre dos corazones y de dos vidas se aferran al deseo y a la verdad más real en hacer creer que la sinceridad va de la mano con la amistad y el amor. Tanto Julia y Ricardo se profesan el mismo amor tanto Sandra y Juan se profesan el mismo amor. Julia y Sandra se perfilan que juntas obtendrán la única salida hacia la verdadera existencia de saber cuál de ellas se casará primero sin apenas saber la verdad. Julia toma alfileres de la caja de costura de su madre. Mientras que Sandra busca papel y lápiz para llevar y escribir quién se casará primero y guardar esa hoja hasta que la que se case primero ese día leerá el papel con lo escrito, el cual, es un número que cada una guardará en su memoria. Ese día se escribirá en dos papeles un número y se escogerá al realizar el pacto de amor un papel sellado y que ésa será la que se casará primero. Julia y Sandra ya están comprometidas en realizar el pacto de amor o el pacto de sangre en esa noche clandestina, templada y sosegada. Julia y Sandra se les eleva el alma y el corazón en realizar el pacto de amor o el pacto de sangre. Tanto Julia y Sandra convergen en una seria actitud y aptitud en creer que el deseo de cortar con un alfiler a sus dedos índices para que salga una gota de sangre y realizar el pacto de amor o el pacto de sangre es por el deseo en poder realizar el evento más majestuoso de la vida: la boda de la primera que se casará.
Julia y Sandra convergen y convidan en hacer creer que por realizar el pacto de amor o el pacto de sangre se llena de esperanza, amistad y amor en el deseo de tener la amistad fiel y sincera como el mismo amor en el corazón. Tanto Julia y Sandra deciden y sienten convidar con la forma en que cuándo, cómo y dónde realizarán el pacto de amor o el pacto de sangre. Julia y Sandra deciden que en el atrio del hogar de Julia, y será el octavo día del mes de abril a la media noche para hacer la magia, el pacto de amor o el pacto de sangre, el cual, se hará para saber quién de las dos jóvenes se casará primero. La primera vez en que ellas se conocen fue en la escuela y ésta vez se sienten las dos chicas como dos cometas de luz en medio de la plena oscuridad. Tanto Julia y Sandra deciden, convergen y convidan de que se hará el pacto de amor o el pacto de sangre en el octavo día del mes de abril cuando sea la medianoche y que en el pacto de amor sea todo por amor. Tanto Julia y Sandra se ven en la osadía de tener en el alma un friolero sentido cuando deciden realizar el pacto de amor o el pacto de sangre cuando penetran al atrio más oscuro, y más tenebroso de todos los atrios. El atrio lleno de telarañas, polvo y suciedad de escombros y cachivaches vacíos y en mal estado de uso, y el atrio indecoroso con dos banquetas y una mesa en el centro estaba listo para el encuentro entre dos corazones que laten a pulso como dos adolescentes y tan enamoradas de la vida, del amor y del deseo a vivir a muerte segura. Julia y Sandra quedan a la deriva y al sentido frío y con un gélido viento que entra por la ventanilla de cristal que se cuece el sol y el viento para poder respirar ahí sí en el atrio. Y en el atrio se hallan tanto Julia y Sandra, Julia con los alfileres y Sandra con papel y lápiz para realizar el más fastuoso, funesto y aciago momento, el pacto de amor o el pacto de sangre más impetuoso cuando se cortan el dedo índice con un alfiler para sacar sangre y unir los dedos con sangre para poder realizar el pacto de amor o el pacto de sangre entre dos corazones y entre dos vidas y entre dos almas, y entre dos amores que la amistad se cuece de fidelidad y de sinceridad cuando en el alma se ama a conciencia. Tanto Julia y Sandra se convencen de que el alma de las jóvenes se sienten como dos cometas de luz que navegan por el sendero o por el camino lejos de la realidad de que el instinto se aferra al delirio delirante de atreverse a desafiar a la ira funesta y tan real como el miedo y el temor de ser presa de la vida, del amor, de la amistad y del corazón abierto por amar. La vida comenzó a caer rendida sobre el atrio desnudando el alma, el corazón y más que eso el amor que sienten cada una con su verdadero amor tanto Julia con Ricardo y Sandra con Juan. Las dos jóvenes van subiendo el umbral que las lleva hacia el atrio vacío y lleno de telarañas había un murciélago allí mismo cuando ellas entran el murciélago sale del atrio. Julia y Sandra se convierten en un trance directo en hacer descifrar la vida en un juago por amor. El juego por amor les fue bastante bien cuando ellas tanto Julia y Sandra deciden cortar en sangre la punta de cada dedo índice con un alfiler cada una. Y en papel escrito y dentro de la urna encima de la mesa yacen dos papeles con dos números escritos el cinco para Julia y el siete para Sandra eran por cierto los números favoritos de ambas. La noche sí a media noche con un relámpago o rayo que cae mortalmente sobre la casa de frente y nadie se percata de ello hasta el otro día que notan estragos encima del hogar cerca del atrio. Mientras tanto a la media noche del octavo día del mes de abril y en el atrio vacío tanto Julia y Sandra realizan el pacto de amor o el pacto de sangre. Las dos unen sus dedos índices cortados por un alfiler botando una gota de sangre se sienten como el pasaje de ida y sin regresos y realizan el pacto de amor y el pacto de sangre. La noche fue impetuosa, trascendental, intransigente, y muy funesta cuando los rayos y relámpagos atormentan el cielo y hasta el aire que socava muy dentro de la misma piel. Julia y Sandra quedan con sus dedos índices unidos por la sangre.
Ya son más de la medianoche, Julia se siente en mal estado. La vida le pesa y converge en un mal sentido lo que le ocurre a Julia. Y Sandra sin ni tan siquiera sospechar que su enfermedad de leucemia se la transmitirá por una gota de sangre, y de sangre en sangre se debate una conmísera mala atracción de sentirse mal Julia una hora después del pacto de amor o del pacto de sangre. Julia se desmaya en pleno atrio donde la tormenta ya había cesado y se concierne una forma delicada de creer en el alma una sola esperanza, pero, no en el hospital se sabe la verdad de la pureza de la impoluta verdad. Julia tiene leucemia fueron los resultados de sangre cuando la llevan desmayada al hospital. Sandra expresa la verdad a sus padres respectivamente. Sandra les cuenta acerca del pacto de amor y el pacto de sangre que habían realizado las dos juntas y solas en el atrio tenebroso. El juego por amor les salió caro el pacto de amor o el pacto de sangre a las jovencitas. A Sandra le realizan un examen médico sanguíneo y el doctor le expresa que también tiene leucemia en la sangre. Aunque en realidad no se sabe si Julia o Sandra cuál de las dos fue la que transmite la enfermedad no hay tiempo, no hay culpas, no hay desamor, no hay condonación, no hay culpables porque en realidad no se sabe cuál de las dos es la que tenía la enfermedad, si todo se descubre ahora en el mismo momento en que Julia se sintió mal y la llevan al hospital. Julia y Sandra se convencen de que el juego por amor o el pacto de amor o el pacto de sangre les salió muy mal, peor, aún, guardan ese papel mágico con el número sacado de la urna y tan sellado como el mismo tiempo a ver si lo descifran o no, a ver cuál de las dos se casará primero. La vida convence y de igual forma que desata en la vida un sólo tormento. Si dentro del comienzo y de un todo la vida comienza a discernir en la fuerza y en el amor, y en la fiel amistad que aflora desde el principio de toda una vida tanto Julia y Sandra unidas por el amor de la amistad y por el amor hacia Ricardo y Juan respectivamente. La vida para Julia y Sandra comienza en discernir con la misma fuerza que cada cual convence en amar lo que quiera amar. Tanto Julia y Sandra sólo se eleva la fuerza en caer sobre aquel atrio por donde las telarañas viajan de un lado a otro sólo pernoctando en el atrio vacío desnudando la vida y el pacto de amor o el pacto de sangre como fiel testigo de toda linda y fiel amistad como lo es la amistad de Julia y Sandra. Julia y Sandra se convierten en portadoras de la enfermedad de leucemia y a ninguna de las dos les importa, sólo les importan sus amores como Ricardo y Juan, pero, existe un mal común que qué dirán los jóvenes cuando puedan saber toda la verdad de que ambas chicas son portadoras de la enfermedad. Julia y Sandra van juntas a la escuela después de realizar aquel pacto de amor o pacto de sangre, por el cual, se convierten en enfermizas de la enfermedad, pero, sólo es el comienzo cuando deciden salir airosas y muy felices. Ricardo se entera de todo, y Juan también, los dos no quieren contaminar o que la enfermedad se les transmita en el cuerpo, así que hasta ahí es que llegan las relaciones entre ambos y tanto Julia con Ricardo y Sandra con Juan dejan la relación en vano, si, ellas ya lo saben todo que las dejarían fue un momento cruel y tan fuerte como derribar un edificio entero, pero, la vida continúa como dijo una de ellas. Y mientras que la vida continúa, la vida dejó una marca trascendental, intransigente, y muy adolorida en el corazón entre éstas dos chicas jóvenes y con la enfermedad entre su sangre la leucemia.
Las dos jóvenes se unen de tal forma y de tal manera que salen airosas del trance y de la vida. La vida crece como la flor en el huerto o en el jardín del corazón. Ya ellas son dos jóvenes adultas nunca más se enamoraron. Aunque visitaron centros de personas con leucemia, pero, jamás se les desnudó el alma ni el corazón como aquel primer amor llamado Ricardo y Juan. Mientras que el alma y el trance de la verdad, se aferra todo y en amar a su propio cuerpo, ya su propia sangre, por la cual, se convirtió en centro de atención cuando llegan adultas ambas jóvenes. Las dos jóvenes y ambas mujeres deciden ser amigas por siempre. La amistad para ellas es tan simple como ser fiel y ser tan sincera como la impoluta verdad. La verdad es que el alma y el amor de Julia y Sandra se debate en un ir y venir lejos de la realidad en que la sensación se derrite como la misma fuerza entre el alma y el corazón. Sólo en el alma y en el corazón se debate entre la razón y la única verdad que la vida se deleita como el solo corazón y tan unido entre Julia y Sandra. Julia y Sandra se enfrascan en la idea de que su mundo se convierte tan pequeño y que la enfermedad en un gigante, inmenso y extenso mundo. Tanto Julia y Sandra se debaten entre la razón y la conmísera fría atracción de creer que la enfermedad no les va herir más el corazón ni a su alma. Julia sólo sabía una cosa y es que su corazón estará junto al corazón de Ricardo y que el corazón de Sandra estará por siempre adherido al corazón de Juan. No se sabe qué será de la realidad entre Julia y Sandras, sólo se sabe que la amistad queda por siempre y que el instinto aflora con la fría verdad de que el silencio dobló una sola razón. Si para Julia y Sandra en el corazón y en el alma se aferra la idea y más la esencia inmortal de saber que su amistad perdurará para siempre. Si para Julia y Sandra no se limita en el alma ni en el corazón amarse una a la otra como una sola amistad fiel y tan sincera como la de Julia y Sandra. Si en el siniestro cálido de todo un sol así ambas jóvenes adultas no se disfrazan ni los ojos ni el cuerpo con disfraz ni con antifaz en el rostro porque la amistad entre ambas es tan transparente y translúcida como el agua de cristal. La misma fuerza en el alma se debate en transfigurar y transgredir la vida y la fuerza en el alma entre Julia y Sandra como en el ánimo de creer que la enfermedad no es nada en comparación a la fría muerte y es la que aún no llega en las vidas de ambas jóvenes adultas, ya que en el recelo de la verdad se aman como dos hermanas y tan buenas como la verdad impoluta. La vida se aferra al delirio frío y al desastre de creer en que la enfermedad les abrió una brecha desnuda y en el insistente compás de una sola amistad entre Julia y Sandra. La vida conmísera y tan real sólo comienzan a despilfarrar vida, amor, corazón y alma. La vida comienza sólo con la alborada fría y con el destino en el camino álgido. La vida de Julia y Sandra se convierten en un sólo desafío desierto cuando en el alma y en el corazón se debate una sola magia intrascendente como quedar como la sorpresa de una sola entrega en el alma y en el corazón. Tanto Julia y Sandra quedan como tan unidas como la linda amistad que les corre por el cuerpo y más por la sangre que llevan en ellas la sangre de aquel pacto de amor o aquel pacto de sangre en el juego por amor. Julia y Sandra se debaten en un trajín de ideas inmortales desde aquel atrio por donde las telarañas pasean de un lado a otro y pernoctan en el atrio. Y ya desnudas ambas jóvenes adultas por donde se cuece el alma y el corazón se llena de un espanto total y donde en una hoguera encendida y que no se apaga como llama están sus almas. Si para Julia y Sandra se debate en un tutiplén de sinsabores innatos el alma y su corazón cuando sólo está presente sólo aquel amor llamado Ricardo y Juan para cada una respectivamente.
Julia y Sandra son dos amigas insuperables con una hermosa y linda amistad, la cual, se cree que perdurará más allá de la muerte, porque el trance de la fría verdad se debate en un comienzo y en un final sin ser tan funesto. Porque tanto Julia y Sandra y su enfermedad se abre el silencio inocuo y translúcido en atraer al alma una insistente, pero, real fuerza en discernir como en derruir y dilucidar una fría verdad como lo fue creer en el alma viva una sola enfermedad, que por la cual, se intensificó más y más con la edad y con otras complicaciones de la vejez, pero, ellas las dos amantes de la vida crece como la flor en el jardín o como el deseo en el corazón. Si Julia y Sandra se convierten en sobrevivientes de una mala enfermedad y tan letal como ser mortal y ellas se aferran a la vida y más a la idea de creer en el enjambre de dar una sola solución, pero, no, no se detienen en sobrevivir firmemente. Julia y Sandra en el alma y en su pobre corazón no se detienen en saber que la vida es una, y que la han de vivir hasta el máximo y, sí, que así lo hacen tanto Julia y Sandra. Julia y Sandra y sus corazones nunca dejan de amar cuando en el alma se cuece un frío indeleble, pero, por aquel amor llamado Ricardo y Juan cuando respectivamente las abandonan a su suerte por el amor, la enfermedad y la vida. Tanto Julia y Sandra no se casan jamás ni el matrimonio se hizo para ellas, pues, su enfermedad las oprimió y las destrozó muy profundamente en el alma. Julia y Sandra jamás encuentran el amor y es que el desamor brilló con ausencia cuando el amor para ellas fue alimentar a su propia amistad floreciendo como la flor en el jardín, pero, sólo la flor del jardín fue la vida de ambas jóvenes cuando ya casi llegan a la senectud. La vida para Julia y Sandra se debate en un trance imperfecto cuando la enfermedad las oprime y el cáncer en la sangre como la leucemia matan el cuerpo. La vida transige como combate una pobre ansiedad entre Julia y Sandra y nunca llegan a casarse, a contraer matrimonio y todo por la enfermedad. Ninguna de las dos, tanto Julia como Sandra llegan a plena senectud destrozando el alma y la vida y más la esencia de ser mujeres solteras y más que eso con una enfermedad entre sus venas llamada leucemia. La vida de Julia y Sandra se debate en una soledad de paz y tranquilidad cuando en el alma de éstas dos mujeres se siente como se percibe una luz intransigente, parca, decidida y muy estable en la seriedad en perseguir una ansiedad de ver al cielo en la cima de sus propias vidas. Ninguna de las dos se casan, ni contraen matrimonio, pues, en el alma de las dos mujeres se debate una ansiedad de entrever en el alma una sola mala insistencia en entregar lo más fiel y lo más sincero de todos los tiempos. Porque cuando sólo llega el alma al cuerpo de Julia y Sandra si sólo recuerdan el momento en que realizan el pacto de amor o el pacto de sangre entre los dos dedos índices cortando una gota de sangre con un alfiler para unir ambos dedos y realizar el pacto de amor o el pacto de sangre de la amistad tan real y tan pura y tan fiel y tan sincera en que sólo el deseo les conviene en solventar que el alma la lleva con la luz del claro cielo. Ambas mujeres sienten como el dolor inocuo, trascendental y muy cálido en la piel misma. Si en el desierto frío se convierte el alma como una sola fría verdad que se debate en mortal la espera en ser amada como poder amar sin saber que el destino petrifica un camino oscuro, pero, no más llegó el comienzo de una sola soledad incierta. Porque cuando en el alma de Julia y Sandra no se casan jamás ni contraen matrimonio quedan como el frío desierto y álgido es el camino. El amor nunca llegó para Julia y Sandra sino que la vida y el juego por amor les impactó tanto que deciden pertenecer a la soledad más amarga y más ambigüa de todos los tiempos cuando se puede percibir que el incierto camino es como el alma sin luz y sin amor en el corazón.
Julia y Sandra caminan junto a un papel escrito desde hace años atrás, cuando en la adolescencia realizan el pacto de amor y el pacto de sangre más real de todos los tiempos, cuando en el alma y en el convenio de proteger a su corazón de la triste realidad que viven se debate en un trance directo en percibir que quedan amargamente ambas en la soledad. Si Julia y Sandra se debaten en un frío desastre en converger caminan juntas al río y notan que es otoño y en la vida un tormento frío como el destino delirante y tan álgido. Julia y Sandra se desvive el alma con saber una cosa y es saber quién de las dos se hubiera casado primero cuando en aquel papel escrito tenía el número escrito cuando en la urna se halla ese número. Las dos recuerdan el número favorito de cada una de las dos cuando en el trance como quedan solas, abandonadas por la pasión y por el amor en el corazón incierto en demostrar que la esencia y virtud de una mujer siempre queda con ella y no en un hombre que la pueda amar como mujer sino que la virtud queda en su alma y radica dentro de sí. Julia y Sandra se sientan en el banco junto al río, sólo recordando viejos recuerdos y tiempos en el alma, en el camino, y dejando una huella inerte como que el momento se siente como el deseo de ver al cielo y de magia cayendo hojas secas de un otoño sobre el césped y lleno de hojas secas crujen como la leña en la hoguera. Así se dicen tanto Julia y Sandra en el combate de dar una sola señal de sus vidas pasadas que convide o converge en el tiempo y más en el ocaso donde guardan el más recóndito lugar para poder recordar viejos tiempos. Tanto Julia y Sandra quedan como el celo de una entraña o como el flavo color de un sólo atardecer cuando las dos recuerdan cada una sus vidas, una muchacha de ojos castaños y cabellos oscuros, y la otra con ojos del color azul y cabellos rubios y de piel de porcelana se debate en el alma una sola odisea en poder saber quién habrá sido el número escogido en aquella urna de aquella medianoche del octavo día del mes de abril cuando realizan ambas jovencitas el pacto de amor o el pacto de sangre, por la cual, se eleva hacia el tormento de un relámpago en aquel viejo atrio lleno de telarañas. Ambas mujeres sentadas en el banco cerca de aquel río, se convencen que el mundo es pequeño y no es tan inmenso el mundo como la enfermedad lo requiere cuando tenemos miedo y horror por ella. Ambas mujeres se miran en el rostro y que la amistad es fiel y sincera como lo son el alma de ellas mismas cuando en el torrente de sinsabores del alma se convierte en el alma más venenosa y sin la luz que emana para ser translúcida. Y ambas mujeres quedan aferradas a sus recuerdos cuando en vez de abrir aquel papel escrito por ellas en la urna de aquel octavo día del mes de abril y que a la medianoche en el viejo atrio realizan el pacto de amor o el pacto de sangre para saber quién de las dos se casará primero en un mañana cuando las dos jovencitas realizan el juego por amor y una a la otra le transmite la enfermedad llamada leucemia en la sangre. Tanto Julia y Sandra se debate en un dolor intransigente y sentadas de frente a ese banco en el río ambas mujeres con papel escrito entre las manos deciden y dilucida que el papel va al río abajo sin apenas ver el resultado de ese pacto de amor o pacto de sangre. Y las dos mujeres caminan de rumbo a su hogar y una de ellas decide quedarse un rato más en el río y se reencuentra con un hombre de nombre conocido. La vida de ésta mujer da un giro inesperado cuando la fe ni la esperanza se deben de perder como dicen por ahí. Y la vida de ésta mujer dio un sobresalto ingenuo, transparente y muy inocuo, porque se había enamorado de joven y ése amor regresó a su vida después de tantos años de soledades y oscuridades en su extensa vida.
Es el día de la boda, es un día sábado cuando arde el deseo, la vehemencia, y la pasión a tutiplén. El juego por amor quedó en un inerte y tan funesto pasado. Y la soledad de cada una de éstas mujeres hechizó la forma de atraer del alma la luz, la esperanza y la impoluta verdad. La mujer se ha casado con un hombre de nombre conocido y fue tan prohibido que el alma le devolvió el amor, la vida y más que eso el amor en el corazón. Y en la mujer fue el amor en cada razón del corazón, cuando en el juego por amor quedó en un pasado tan triste como el dolor de haber sido la jovencita con la enfermedad letal y mortífera llamada leucemia. Y ésta mujer fue feliz hasta que el tormento le desató un torrente de dolores en la sangre. Y a ambas mujeres las trasladan a un hospital de la ciudad, y allí mueren ambas por una enfermedad llamada leucemia. Y ambas mujeres vuelven al río, sí, a aquel río donde guarda el más cálido de los secretos de ésas dos mujeres. Y el río con su fuerza abre el sobre bien sellado y lo que dice es que la número siete se casará primero. Mientras que Julia y Sandra mueren de una terrible enfermedad y nunca se supo si Julia o Sandra fue la que se casó primero, si, en el dolor y la esperanza y la fuerza y la amistad se llenó de un dolor, pero, tan fiel como tan sincero. Y sólo fue el juego por amor que les dejó sólo el pacto de amor o el pacto de sangre, cuando al fin y al cabo, ambas mujeres mueren como aquel día octavo del mes de abril, sí, a la medianoche en aquel viejo atrio.
FIN