FRANCISCO CARRILLO

el rebaño...

Otra vez van las ovejas

obedeciendo al pastor,

todas juntas a ese son

de algún maestro poeta.

 

Todas balan al compás

del silbido de su flauta,

y aquella que se regaza

las demás, criticarán.

 

Todas bajan la cabeza

sin ni siquiera pensar,

que sus letras, sus poemas

puedan la cima alcanzar.

 

Y equivocadas, se alejan

del camino y de la senda,

que esconde esa verdad

y así, no brillan sus letras.

 

Que el pastor con su rebaño

hace y deshace a su antojo,

porque manda su callado

cual bastón de plata y oro.

 

Si el pastor dice que no

las ovejas callarán,

y si una ha de balar

las demás, la dejarán.

 

Esos pastores que son

entre ovejas, una mas

no tienen otra misión,

que en el rebaño, mandar.

 

Y todos tienen sus perros

amigos muy bien cebados,

que ladran y meten miedo

y asustan así al rebaño.

 

Ay¡ pastor que  equivocado

el camino que has cogido,

que por no tener cuidado

muchas ovejas se han ido¡

 

Y el pastor, toca su flauta

y en el aire, su sonido

las ovejas han seguido,

y se convierten en cabras

de las letras, un olvido.

 

Que entre ovejas y entre cabras

si te fijas, hay carneros

con el ansia de la fama

pero escasos en los versos.

 

Y el rebaño, así anda

al son que manda el pastor,

obedeciendo al señor

con su vara y con su flauta.